Jurgen Méndez (Santa Cruz de Tenerife, 30/6/1999) asume el desafío de intentar evitar el descenso del Marino a Tercera. Energía recién inyectada al equipo de Arona.

Debutó con el CD Marino en el partido ante el Marbella del pasado fin de semana. ¿Con qué sensaciones salió del campo?

Sabíamos que iba a ser un partido complicado, pero el hecho de volver a competir después de unos meses sin jugar por la interrupción de la Tercera División –estaba en el Guía– y las vacaciones de Navidad, fue un paso importante. En ese aspecto, las sensaciones fueron buenas. En cuanto al grupo, sabemos que tenemos que seguir trabajando para mejorar los detalles en los que fallamos para intentar ganar al Algeciras.

Les toca recibir al líder. Aumenta el nivel de exigencia.

Nos tenemos que tomar el partido como una final. Tampoco nos queda mucho margen de error. Aparte de tener la motivación del valor que le damos al encuentro, también está la de enfrentarnos al líder. Nos gustaría dar un golpe encima de la mesa y demostrar que tampoco estamos tan mal.

¿Qué se ha encontrado en el vestuario? ¿Qué ambiente hay?

El equipo confía en el cuerpo técnico. Estamos en una plantilla muy unida. Para estar en la situación en la que estamos, veo al grupo bastante fuerte y sano. Al final, esa es la única manera de salir adelante. Esa es la línea adecuada.

Le da una especial relevancia a la convivencia en el equipo.

Es que si no fuera así, vendrían los verdaderos problemas. Pero lo que he percibido en el poco tiempo que llevo en el club es que todos están muy unidos y que este vestuario es muy sano. Estoy seguro de que todos vamos a dar lo máximo para poder salir adelante.

¿Qué números hace para poder alcanzar la permanencia?

Para llegar con opciones a la segunda fase tendremos que sacar ahora muchos puntos, y creo que se nos presenta una buena oportunidad, porque quizás el calendario nos beneficia al tener bastantes partidos en casa y dos de las tres salidas a Gran Canaria. Tenemos que tomarnos cada encuentro como una final, sobre todo los que juguemos en casa.

¿Qué le plantearon en el club cuando le ofrecieron el fichaje?

Estaba cedido en el Guía, de Tercera, y la posibilidad de jugar en el Marino ya era para mí un salto de categoría. Lo tuve muy claro. Era una oportunidad para seguir creciendo. Además, al llegar a un equipo que está en una situación que ahora no es favorable, pensé que podría adquirir más experiencia. Voy a sumar vivencias que me van a venir bien en el futuro.

Entonces, la situación del Marino no fue un obstáculo.

En ningún momento. Lo veo como un desafío. Y noto que los compañeros se lo toman de igual manera. En ningún momento he visto que estén desanimados o que den por perdida la permanencia. Veo capacidad de superación en el CD Marino. Las derrotas duelen mucho en este vestuario. Llegamos a los entrenamientos y nos matamos a trabajar cada día. Pero luego está el factor suerte, que no suele acompañar a los equipos a los que les van mal las cosas.

Su relación con el Marino será hasta junio, sin opciones.

Tengo una campaña más de contrato con la UD Las Palmas. En junio volveré para hacer la pretemporada. A ver qué pasa.

Llevaba un año en la UD.

Así es. La primera parte de la temporada pasada estuve en Las Palmas Atlético. Jugué diez partidos en Segunda División B. Luego bajé a Las Palmas C para buscar más minutos, pero poco después llegó el parón de la competición. Posteriormente, tras hacer la pretemporada, salí cedido al Guía.

¿Cómo se ve desde dentro el trabajo de cantera que se lleva a cabo en la UD Las Palmas?

Lo que se dice por fuera es cierto. Es un club en el que se trabaja muy bien con la cantera. Cuidan muy bien a todos los jugadores, especialmente a los que no son de Gran Canaria. El trato es magnífico. Además, dan bastantes oportunidades. Hay muchos jugadores que están a caballo entre el primer equipo y el filial.

¿Qué efecto tiene entre los canteranos la frecuencia con la que debutan jugadores de la casa con el primer equipo?

Con Pepe Mel se han estrenado muchos canteranos en el primer equipo. Es una motivación ver que un compañero está contigo en Las Palmas C un día y que a la mañana siguiente está entrenando con el primer equipo; y que por cualquier circunstancia que surge, acaba debutando en una competición profesional. En cuestión de una o dos semanas, un compañero pasa del filial a ser titular en el estadio de Gran Canaria. Dan muchas alternativas y miran para abajo cuando necesitan sustituir a algún futbolista profesional.

Y más de uno es tinerfeño.

Hay bastantes. Vivimos en un Archipiélago, estamos todos muy cerca y los buenos jugadores acaban en los equipos representativos. Pero da igual de qué Isla seas. Somos canarios y queremos llegar al fútbol profesional, en Gran Canaria, en Tenerife... Donde sea.

Hablando de paisanos. ¿Cómo analiza el fenómeno Pedri?

Muchos entendidos del fútbol lo han intentado analizar, pero es algo se que ha visto muy poco. Es impresionante la progresión que tuvo en apenas un año y medio. Hablaban maravillas de él cuando estaba en el Juvenil de División de Honor. Luego empezó el verano, hizo la pretemporada con el primer equipo y poco después estaba firmando con el Barcelona. Es un caso excepcional. En la UD Las Palmas no buscan ahora al nuevo Pedri y creo que eso es algo positivo, porque caer en eso no haría sino perjudicar al futbolista al que quisieran comparar con él. Esas cosas las gestionan muy bien allí.

¿Cómo se produjo su llegada a la UD Las Palmas?

Empecé a jugar al fútbol en el Teide. Luego pasé al Sobradillo, donde estuve desde la categoría Cadete de segundo año hasta la de División de Honor, los tres años. Después, en mi primera temporada en categoría Regional, estuve en el Ibarra, tanto con Toni Dumpiérrez como con Iván Rodríguez. Fue una buena campaña. Aprendí mucho de esa experiencia, el vestuario era veterano y los compañeros me ayudaron a crecer. Debuté en Tercera División, las cosas me salieron bien y acabé incorporándome a la UD Las Palmas.