Reza el dicho que el tuerto es el rey en el país de los ciegos. Una sensación así debe vivir durante buena parte de la temporada el Echeyde Tenerife, resignado a no poderle ni toser a los grandes trasatlánticos nacionales de su deporte. Mañana, sin embargo, será todo muy diferente. El conjunto chicharrero recibe en la Acidalio Lorenzo al Waterpolo Navarra en un duelo casi a vida o muerte. Ambos luchan por pervivir en la División de Honor. Ambos suman solo un punto hasta la fecha, aquel cosechado en el duelo de la primera vuelta que acabó con empate a siete. Y ambos son sabedores de que ganar hoy, incluso con una segunda fase por delante, supondría media permanencia.

En el vestuario del Echeyde son plenamente conscientes de la trascendencia del duelo. Más todavía aquellos jugadores que ya han pasado en varias ocasiones por trances casi idénticos en años anteriores. “Es un partido por el que esperamos toda la temporada, que llevamos preparando mucho tiempo y que podemos ganar”, señala Santiago San Martín. “Está marcado en rojo en el calendario desde el inicio del curso; los puntos son claves para lograr el objetivo de no descender”, apunta por su parte el capitán Eduardo Fernández-Caldas. En términos parecidos se expresa el canterano Nacho Gutiérrez, que como el resto del equipo se quedó “con la miel en los labios en el partido de ida”. “Creo que esta vez podemos ganarles”, reitera.

Hace apenas seis días el Echeyde sufría un duro correctivo en su piscina. Caía 1-19 contra el Barceloneta. Un abultado resultado que podría hacer mella en cualquiera. En el Echeyde, sin embargo, el borrón y cuenta nueva es patente. “En un equipo que compite a nuestro nivel no solo se trabajan los músculos y la táctica, sino también el coco para mantener siempre la intensidad y no venirte abajo después de este tipo de derrotas, pese a que a nadie le gusta perder por esas diferencias. Sabes desde un principio dónde te puedes jugar los puntos”, señala Edu. Santi, por su parte, deja claro que “lo del último fin de semana ya quedó atrás”. “Nos quedamos con las cosas que hicimos mal para no repetirlas”, apunta igualmente Nacho.

Con el duelo de mañana como el penúltimo del primer tramo liguero, y preámbulo de los seis que compondrán la segunda fase (contra los tres últimos del otro grupo), arranca la verdadera liga para el Echeyde. Y lo hace contra un rival con el que existen algunas cuentas pendientes. “Teníamos el partido ahí pero al final solo empatamos y nos quedamos tocados”, recuerda Nacho, que estos días ha visto a su equipo “muy ilusionado y motivado”. “Se le nota en los ojos a todos y creo que el sábado [por mañana] nos toca”, recalca. Para San Martín, el de esta jornada y el resto son, todos, “encuentros a morir”.

“Ahora es cuando empieza a tener sentido el entrenar todos los días a las 9 de la noche o el seguir pese a recibir esas palizas. Ahora llega una fase en la que realmente puedes competir y también disfrutar en el agua. Partidos de tú a tú, que es para lo que realmente trabajas”, deja sobre la mesa Fernández-Caldas, el más veterano de la plantilla y curtido en numerosos choques de esta enjundia. Una experiencia que le convierte en voz autorizada para hablar sobre las claves del choque ante los pamplonicas. “No podemos caer en esa presión de tener que ganar sí o sí, solo ir a jugar el partido sabiendo que se ha trabajado bien la táctica, el físico y el coco”, argumenta Edu, que también pide “no perderle el respeto al rival” en ningún momento de “un partido complicado y que si se gana será por muy poquito”. “Cuarto a cuarto”, añade. Mañana el Echeyde sabrá si esta teoría se aplica con éxito a la práctica.

El boya volverá a jugar tras una sanción

Regresa San Martín. El de mañana es un partido especial para Santi San Martín. Más incluso que para el resto del plantel tinerfeño. Y es que el hispano-uruguayo fue expulsado en el choque de la primera vuelta por mantener un rifi-rafe con un rival, lo que además le supuso cuatro encuentros de suspensión. “Lo ocurrido ese día fue un error por mi parte, sé que perjudiqué a mis compañeros, pero desde ese preciso momento me puse a trabajar para ayudar todo lo que pueda en este partido”, comenta el boya, que admite haber “pasado dos meses muy complicados viendo desde la grada” jugar a los suyos, mientras no ha “parado de darle vueltas a aquella jugada”. “Pero ya estoy de vuelta y espero que todo salga bien”, añade.  

Entrenador-jugador. Pese a que solo han logrado un punto, en el vestuario del Echeyde se agradece la mano que le ha dado al equipo su entrenador (y a la vez jugador), Albert Español. “Ha dotado al club de un plus de profesionalidad”, reconoce Nacho Gutiérrez, que ve al cuadro chicharrero “en un nivel superior”. “Se entrena mucho mejor y nos cuidamos mucho más tanto dentro como fuera de la piscina”, añade. Un trabajo del que mañana tienen que empezar a recogerse sus frutos.

El hándicap de no ser profesional

Nacho, Santi y Edu atienden a El Día a la conclusión del entrenamiento de ayer a mediodía en la Acidalio Lorenzo. El capitán lo hace mientras se termina de cambiar de ropa. La cita no pudo concertarse antes porque Fernández-Caldas llegó tarde a la sesión. Sus ocupaciones laborales –es gerente de una clínica privada– le impiden estar a full time con el equipo. La charla tampoco se puede demorar en exceso. Edu tiene cita con el fisio a las 14:30. “Luego a comer y a trabajar de nuevo”, apunta, sin nombrar que por la noche queda la segunda práctica del día. “Tratas de compaginarlo de una manera lo más profesional posible, pero es que a final de mes hay que pagar facturas”, relata el veterano jugador chicharrero.

Esta semiprofesionalidad supone un hándicap añadido a la superioridad técnica de varios de los clubes de la competición. “En waterpolo solo son profesionales cuatro equipos, el resto tenemos que compaginar entrenos con trabajo”, comenta San Martín, para el que resulta bastante complejo imaginarse que algún día se “llegue a una relativa igualdad”, en especial con los cuatro gallos, Terrasa, Barcelona, Barceloneta y Sabadell.

Edu lo tiene todavía más claro. “Si nos planteamos el objetivo de competir de tú a tú con esos equipos al final nos acabaremos frustrando”, comenta el capitán antes de exponer sus argumentos. “Estamos a años luz de cualquier institución de las que hay en Barcelona, con miles de socios, cientos de niños jugando, centros de alto rendimiento... Lo que debemos hacer es marcarnos nuestro propio camino”, afirma en un discurso en el que reitera lo que a su entender se puede considerar como deporte de verdad. “Un futbolista puede ganar 20 millones de euros, o un jugador de baloncesto más de uno. Me alegro por ellos, pero para mí esa no es la realidad del deporte; la realidad es compaginar tu actividad con un trabajo, con la universidad o con tus hijos”, concluye el capitán.