El Sanaya Libby’s Haris pagó caro, en su retorno a la competición, la convulsión interna que ha vivido en las últimas semanas y cedió dos sets ante el Emevé Lugo, un equipo tan joven y enérgico como débil en su potencial, lo que le condena a luchar por la permanencia en la Liga Iberdrola. Más que el primer set, que se puede adjudicar a la falta de tensión propia de un equipo que se sabe superior, es más imperdonable el cuarto. Ya con el marcador a favor, las de Juan Diego García regalaron el parcial y un punto. Luego salvaron el triunfo.

El inicio del encuentro ya anticipaba problemas. El primer tiempo muerto local llegó con desventaja de cinco (8-13). La tendencia no solo no varió (17-22), sino que las lucenses tuvieron un plácido final de set apoyadas en Carol Camino y Lucía Prol (19-25). La mejoría, con un servicio más agresivo, la comandó Lisa Jeanpierre para tomar la delantera en el arranque de la siguiente manga (10-7). El bloqueo respondió ante ataques visitantes más forzados y llegaron los errores esperados en el Emevé Lugo (22-15).

Motivado ante la igualdad inesperada, el cuadro visitante equilibró la balanza en el arranque del tercer set (8-8). El juego rápido desactivó de nuevo el bloqueo tinerfeño y Arredondo tuvo que salir al rescate en ataque para devolver la delantera a su equipo (18-15). En la recta final salió a relucir la calidad del Sanaya Libby’s para rematar su triunfo parcial (25-19).

Pero el que juega con fuego se acaba quemando. Los errores no forzados, una dirección dubitativa y un ataque mermado condujeron al tie break (23-25). Las tinerfeñas reaccionaron en el quinto para demostrar la verdadera diferencia y marcar distancias con celeridad (10-5). Victoria para estrenar 2021, pero con malas sensaciones.