La Talisker Whisky Atlantic Challengue 2020 toma mañana la salida en La Gomera. Se trata de un clásico transoceánico que consiste en el desafío de unir La Gomera y Antigua, en el Caribe, en embarcaciones a remo. Entre los 21 equipos y 55 remeros que participan en la séptima edición, organizada por Atlantic Campaigns, este año hay uno que tiene acento español, el Generation Gup (brecha generacional), en el que navega la alicantina Victoria Micó, que puede sentirse orgullosa de ser la primera española en intentarlo. Su equipo lo forman cuatro integrantes y debe su nombre a la diferencia de edades entre el mayor tripulante y el más joven, 31 años. Ellos son, Roger y Britt Staniforth, (padre e hija), amigos de la pareja Victoria Micó Egea y Edward Raymont.

Los participantes en la Atlantic Challengue manejan un dato anecdótico: entre puerto y puerto hay que dar un millón de golpes de remo. “No sé si podré contarlos”, bromea la competidora española en las horas previas a la salida, que resta importancia al hecho diferencial de estrenar nacionalidad española entre las mujeres que han cubierto este reto antes. “No he tenido mucho seguimiento por ser la primera española, si hubiese sido en Inglaterra sí habría tenido más, de hecho casi todos los patrocinadores que tenemos son ingleses. Sí nos han seguido más en redes sociales”, reconoce la alicantina, natural de la localidad de Villena, que admite que parte con “cero experiencia en retos de esta envergadura y en pruebas de remo en el océano”, aunque advierte de que se trata de algo “común”, porque “casi todos los participantes de esta prueba llegan sin experiencias de este tipo”, lo que en su opinión significa que se trata de un reto que pone a prueba la “determinación de probar donde están tus límites”.

Victoria Micó: "Las tensiones y los conflictos que puedan surgir dentro del barco son parte del reto"

Micó no nombra la palabra miedo en las horas previas. “Ahora ya estamos listos para irnos, lo estamos deseando, hemos estado tanto tiempo pensando en el proyecto, ultimando detalles que ya queremos salir ahí fuera, probar todo lo que hemos preparado y ver si funciona. Estamos ilusionados y con un poco de ansiedad”, porque, recuerda, tienen por delante lo desconocido. “Hemos entrenado en el mar del Norte en condiciones distintas, la rapidez del viento aquí es completamente diferente. Bueno, hay un poco de aprensión, por no saber a qué nos vamos a enfrentar”, dice, aunque parten con garantías a nivel de información. “Somos parte de la carrera y los organizadores nos mantienen informados de cualquier cambio de condiciones, tenemos internet en el barco y podemos disponer de información de las condiciones del océano”, además, pueden mantener contacto con tierra, “llevamos dos teléfonos satélite, uno para el contacto con los organizadores y el otro para hablar con amigos o familiares, podemos llamar a cualquier parte del mundo”, explica.

El Generation Gap prevé estar en el Caribe en la segunda quincena de enero. El equipo que más tardó el año pasado invirtió más de 80 días, pero era un solo competidor. Para los barcos de cuatro integrantes como ellos, la previsión son unos 45 o 50 días. “La mayoría tarda menos, porque son barcos mayores. Llevamos comida para 55 días, si la previsión fuera de más tiempo, nos habrían pedido que lleváramos más cantidad también, pero vamos a depender del viento”. De hecho, cada tripulante tiene un cálculo exacto del total de calorías que debe ingerir cada día. Serán casi dos meses en un espacio pequeño, el barco mide unos 8 metros de largo y 1,5 de ancho. Hay que remar y convivir. Es una prueba de resistencia física, pero también psicológica. “Sí, lo tiene todo. Nosotros remaremos dos horas y descansaremos otras dos, así todo el tiempo, con sol y con lluvia, de día y de noche... Hay que preparar músculos y articulaciones, como hemos venido haciendo, pero las tensiones y los conflictos que puedan surgir dentro del barco son una parte muy importante del reto. Se trata de identificar problemas tan pronto como surjan y zanjarlos”, prevé.

El reto está servido y frente a la soledad del océano, ellos manejan un dato que anima a sentirse seguido y valorado. En la edición pasada, que ganaron los británicos Oliver Palmer, Tom Foley, Hugh Gilum, Max Breet, unos 800 millones de personas tuvieron algún contacto con esta Challengue.

Rothwell compite solo a sus 70 años

Frank Rothwell, un empresario inglés de 70 años, intenta convertirse en el hombre de más edad en remar solo en el Atlántico. Tomará la salida es esta edición de la Atlantic Challengue y remará solo con la ilusión de recaudar fondos para el Alzheimer Research UK -la organización pretende conseguir un millón de euros-, la causa que lo mueve en este gran desafío, para el que se preparó usando una máquina de remo durante el tiempo que duró el confinamiento. Frank, que ha vivido otras aventuras, como su presencia durante 5 semanas en una isla solitaria, como concursante de un programa de televisión en su país, está ahora ante el “mayor desafío”, con la particularidad de que lo puede “afrontar solo, sin poner en peligro a los demás”, asegura.