Antonio Hidalgo, héroe del ascenso del CD Tenerife a Primera en la temporada 2000/2001, vuelve mañana al Heliodoro. El que fuera jugador blanquiazul vuelve a la que fue su casa en dos etapas (2000-2005 y 2010-2011) para sentarse en el banquillo del rival, el CE Sabadell. Allí triunfa desde que le pidieron que salvara al equipo arlequinado del descenso a Tercera hace dos campañas. Lo consiguió, renovó y lo ascendió al fútbol profesional.

El Sabadell. “Después de años fuera del fútbol profesional fue un regalo y ahora queremos darle estabilidad”, propugna como objetivo. De momento, el inicio está resultando difícil. Penúltimo, con diez puntos y solo tres victorias, el cuadro catalán ya vive lo que sabía que iba a ser “un año duro y largo”. Pero el profesional natural de Granollers no decae. “Con más puntos se vive más tranquilo y mejor, pero hemos hecho una plantilla para mantener la categoría y lo vamos a intentar”, comenta.

Por lo pronto, siente que están “compitiendo cada partido” y que luego los puntos “se están escapando por detalles”. Por eso, ahora pone especial énfasis “en los detalles” junto a su inseparable Juvenal Edjogo-Owono, su ayudante y también con pasado en el CD Tenerife. “Está conmigo desde el primer día que soy primer entrenador. Sabes que te va a dar puntos de vista diferentes. Pero valoro sobre todo su lealtad y amistad, que es lo más importante”, cuenta un Antonio Hidalgo que no pone excusas a la trayectoria de su equipo. Ni siquiera la mala suerte, “que se está cebando con nosotros”. A su juicio, “escudarse en eso no sería positivo”.

Vuelta al Heliodoro. La necesidad de puntos le hace llegar a un escenario “especial” para él con esa ansiedad competitiva de los equipos en apuros. El catalán recuerda que pasó “siete años en la isla” y que incluso tiene “un hijo chicharrero”. El otro nació en la Costa del Sol. “Cuando jugamos”, dice en alusión al Tenerife, “contra el Málaga, tengo una guerra importante en casa”. Debido a los protocolos Covid-19 de LaLiga, perderá la oportunidad “de ver a muchos conocidos”. Por eso, lamenta que “no pueda ir gente al Heliodoro”.

Puede, eso sí, que al Sabadell le beneficie evitar la caldera santacrucera. Aunque Hidalgo sabe que si las cosas no van bien para los locales también es difícil jugar allí. Lo vivió en sus carnes durante algunas de sus seis campañas como blanquiazul: “Sé cómo funciona el entorno y lo único que puedo decir es que la unidad mejora el camino, lo hace más bonito y todo es más tranquilo”.

Es un mensaje que siempre ha lanzado, incluso cuando ha seguido al Tenerife desde la distancia. Por eso, llegar al banquillo insular no es algo que entre en sus planes a corto plazo. “Estoy bien en el Sabadell. Yo no había entrenado en ningún lado y tienen una confianza enorme en mí”, anuncia satisfecho agregando que los dirigentes del club “son conscientes de la dificultad” del objetivo marcado para este curso. “Saben que detrás de que entre o no la pelotita hay mucho trabajo”, añade.

Dirigir al Tenerife. La comparación cae por su propio peso. Él mismo lo reconoce con una sentencia contundente: “Soy muy consciente que si fuese entrenador del Tenerife no estaría sentado ya en el banquillo este jueves”. Lo dice sabiendo “lo difícil que es la isla y el sufrimiento de los entrenadores” en esas circunstancias. “Aún así, el cariño es grande y…”, desliza un Antonio que no cierra la puerta en un futuro a emprender esa aventura.

De momento, se centra en defender los colores del Sabadell, donde ha iniciado su carrera. “Tenía muy claro lo que iba a hacer al retirarme, aunque nunca sabes si podrás transmitir lo que tienes en la cabeza. Por ahora, las cosas me han ido bien”, señala el entrenador catalán quien afronta nuevos retos. “Cuando pierdes tanto es duro. Tienes que conseguir que el jugador siga creyendo”, asume.

Lo intentará de nuevo ante un Tenerife que ha mejorado con Luis Miguel Ramis en el banquillo. “En el primer partido no tuvo tiempo, en Albacete ya se vio alguna diferencia”, sostiene Hidalgo que ve ahora a un equipo que “quiere ser más protagonista, alinea jugadores de banda ofensivos y tiene consistencia con Folch y Aitor”. En cuanto a las individualidades, destaca “el momento de Shashoua” y Álex Bermejo, al que considera “determinante en la categoría”.