El Juzgado de Instrucción número tres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) archivó el pasado 25 de mayo las diligencias relativas al accidente de tráfico que le costó al vida el pasado 1 de junio de 2019 al futbolista José Antonio Reyes y un familiar, según ha publicado Diario de Sevilla y han confirmado a Europa Press fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La Fiscalía ya había solicitado la pasada primavera el archivo de la causa ante la imposibilidad de continuar con el ejercicio de la acción penal "al fallecer el responsable penal del siniestro", en alusión al futbolista como conductor del vehículo.

La Fiscalía señalaba además el informe técnico elaborado por la Guardia Civil acerca de la violenta salida de vía sufrida por el vehículo y el informe pericial realizado por el Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil, pues según ambos informes, el accidente se debió a la combinación de un "reventón del neumático trasero", que provocó que el conductor perdiera el control del turismo, y la "excesiva velocidad de circulación" del vehículo, superior a los 187 kilómetros por hora, al menos 67 kilómetros por hora por encima del límite permitido.

Según consta en los informes, el vehículo había sido reparado de la fisura de una llanta, circunstancia que habría provocado la pérdida de presión en el neumático reventado.

"El calor que se genera en los neumáticos durante el rodaje es proporcional a la velocidad de desplazamiento y si un vehículo rueda a velocidad elevada durante mucho tiempo con sobrecarga o presión de inflado inferior a la descrita con elevadas temperaturas climatológicas aumenta su temperatura, lo que provoca una alteración del neumático y hace que la cubierta sea muy sensible a la rotura o al estadillo", señalaba la Fiscalía invocando los informes.

Salida de vía, vuelco e incendio

El vehículo, un Mercedes Benz modelo S 550, sufrió según los informes una salida parcial de la vía por el margen izquierdo y un contacto con una barrera metálica de protección y, tras una maniobra evasiva, volvió a salir de la vía por la margen derecha, donde tras chocar contra una cuneta vierteaguas, una valla metálica de protección de la autovía y una valla de cerramiento de una finca particular, experimentó varios vuelcos por un camino terrizo hasta su posición, donde finalmente se produjo la ignición y el incendio del vehículo.

El informe pericial también señala que en "el momento de interaccionar con la valla de la calzada lo hacía a una velocidad de 187 kilómetros y en el momento preciso de reventar el neumático debió llevar una velocidad superior a la calculada", quedando constatado, de otro lado, "el buen estado de conservación y señalización de la vía, con limitación de velocidad genérica de la calzada a 120 kilómetros en un tramo recto de doble calzada".

El Ministerio Fiscal, con las diligencias de investigación practicadas, apreciaba respecto al conductor del turismo una "infracción de las mínimas y elementales precauciones e infracción grave de las normas de circulación, infringiendo gravemente los deberes normativos de cuidado de la Ley de Tráfico que afectan a las condiciones esenciales de seguridad vial".

La Fiscalía apreciaba así indicios de un delito de homicidio con imprudencia grave y un delito de lesiones por imprudencia grave, pues además de morir el futbolista, murió el viajero del asiento trasero, Jonathan Reyes Reyes, y resultó herido grave el copiloto, Juan Manuel Calderón González.