En medio de la convulsión por el escándalo destapado ayer, y tal vez también como bálsamo, el Tenerife necesita los puntos. El sexto club de la categoría con mayor margen de gasto en la parcela deportiva está en la posición décimo séptima cuando se han consumido doce jornadas, casi un tercio del camino. La situación es compleja, porque los objetivos se alejan más en la medida que el equipo es incapaz de mostrar una mejora que su sostenga durante varias semanas, algo a lo que agarrarse para considerar solo fruto de la casualidad derrotas como la del domingo en el derbi. Hay algo más que arreglar que los errores individuales, por gruesos que sean, como el de Ortolá.

Con ese convencimiento de que la plantilla es notablemente mejor que el equipo y que hay un problema de aprovechamiento de los recursos, el Tenerife ha puesto en marcha la posible sustitución de Fran Fernández. Tanto que, un mal resultado hoy ante el Logroñés podría terminar con la etapa del entrenador almeriense en el banquillo, tratando, otra vez, de buscar la manera de remontar para llegar al gran objetivo, que es jugar el playoff de ascenso.

El mensaje del entrenador es optimista, convencido de que sus jugadores van a dar una respuesta positiva olvidando el derbi y los reproches de su entrenador. En esa apuesta lineal, lo normal es deducir que habrá también una continuidad en la alineación. No sería lógico renovar la confianza en el equipo el viernes y hacer una revolución en la formación el domingo. Desde luego, empezando por Ortolá, esa continuidad está asegurada, como aseguró el propio entrenador. Los otros diez no van a diferir mucho de los que jugaron en Gran Canaria. Sujetos a lo que suceda con Kakabadze, Sahq Moore y Suso podrían repetir. En la izquierda hay menos dudas y lo normal es que sigan jugando Álex Muñoz y Nono. Sobre los centrales la entrada de Sipcic por Alberto será la novedad. Más adelante en el terreno de juego, la pareja Ramón Folch-Zarfino se ha ido consolidando a los ojos del entrenador. Fran Sol es indiscutible y, a su espalda, Vada, parece también un fijo. Puede haber cambios, pero serían sorprendentes, porque futbolistas de la jerarquía y el rendimiento de Aitor Sanz o Álex Bermejo, se han ido quedando fuera cada semana, y porque Jorge Padilla, un revulsivo con números de remates y aciertos indiscutibles, no ha tenido cabida como titular en sus mejores momentos.

El valor real. Sergio Rodríguez, joven técnico del Logroñés, tiene el mérito de haber construido un equipo, ascenderlo y darle un sentido colectivo que les permite cambiar su dibujo (4-4-2, 3-5-2 e incluso 3-1-4-2) y seguir pareciendo el mismo bloque; de hacer con el rendimiento de jugadores anónimos un proyecto que funciona. Tienen 17 puntos, han ganado por 1-0 los cuatro últimos y con solo cuatro goleadores en sus filas y 11 goles anotados, superan de largo sus objetivos a estas alturas.