Es difícil ser leyenda en dos clubs y José Juan (1941) puede presumir de ello. Más aún si esos dos clubs tienen una rivalidad como la que demuestran UD Las Palmas y CD Tenerife. El exfutbolista fue parte de la época dorada de la UD junto a otros tinerfeños como los Gilbertos o Martín II e integrante del primer ascenso a Primera blanquiazul.

¿Cómo está?

Ahora mismo refugiado en una finca, pasando el tiempo ocupado con algo para ir superando estos momentos que estamos viviendo todos. Por aquí tengo plantadas en Candelaria unos invernaderos con habichuelas, tomates, lechugas, papayas... Un poco de todo lo que se pueda. Hay que prepararse para lo que pueda venir, que cada día que pasa hay menos trabajo.

Estará más en forma que cuando jugaba...

Hombre, te vale para mantenerte, aunque ya no estoy en edad para hacer milagros. Planto, recojo, me entretengo. Me vale para estar activo, digamos [Se ríe]

Lo dejará todo listo para el fin de semana antes de sentarse a ver el derbi. ¿Cómo lo ve?

Pues creo que Las Palmas está jugando un poquito mejor al fútbol. Posiblemente le falte un poco de concreción arriba. La falta de Araujo la están pagando porque es un delantero goleador que acompaña mejor esa falta de puntería que pueden tener. A Las Palmas la veo muy bien. Tiene un equipo joven, con gente de la casa. Si nos fijamos en los últimos partidos de los dos equipos, el Tenerife dio una imagen muy mala ante el Zaragoza. No sabe a lo que juega, tiene muchos jugadores nuevos, de fuera, sin definir y tampoco con el rendimiento que se les espera.

Y es curioso porque justo está atravesando una buena racha de puntos.

Sí, pero porque a Las Palmas le ha faltado un poquito de suerte. En Gerona hizo méritos para ganar. Seguro que el partido hubiera cambiado si llega a entrar el disparo al larguero de Loiodice. La imagen del Tenerife no es buena: ni Zaragoza, ni Lugo ni Espanyol... El Tenerife es muy irregular, pero las cosas en los derbis cambian. Como ocurre siempre. En estos momentos, veo mejor a la UD Las Palmas que al Tenerife.

¿Desaparecerá el factor local en un partido a puerta cerrada?

Será distinto. El derbi genera un ambiente increíble, con los movimientos de las aficiones, con gente de aquí para allá y al revés... Son partidos diferentes y es una pena que no se pueda vivir en directo, sin duda. Es el gran aliciente de este partido, para todos los canarios que nos gusta el fútbol.

Usted tiene algo difícil de conseguir: el cariño de la gente, de la afición de las dos islas. ¿Lo siente así?

Sí, siempre resalto que en Las Palmas se respeta mucho la historia del club. En cualquier acto que organizan se acuerdan de nosotros, cosa que desgraciadamente no ocurre aquí. Me da mucha tristeza. Me siento muy orgullo de haber defendido las dos camisetas porque se me respeta un montón en las dos Islas y se me recuerda. En Las Palmas, no hay un acto que celebren que no se acuerden de los que hemos sido historia de este club.

¿Cómo vivió aquel salto a Las Palmas desde Tenerife?

Fui traspasado junto a Martín Marrero. El Tenerife estaba mal económicamente y se vieron obligados a traspasarnos, a vendernos. Tuve que aceptar unas condiciones, porque el Tenerife me debía unos años que no me querían pagar. Nos metimos en un medio follón. Cuando me llamó don Jesús García Panasco, para mí el alma máter de aquella UD Las Palmas, pues la condición que les puse, aparte del contrato, era que el Tenerife me reconociera los tres años. Quedaron en que yo firmaba con la UD y el Tenerife me daría la día siguiente lo que me debía. Así se hizo. Al día siguiente fue a ver a don José López Gómez y me pagaron. La UD se interesó por los dos, pero también aprovecharon el momento difícil que vivía el CD Tenerife.

Fueron cinco años en la UD. Si tuviera que resumirlos con un momento, ¿cuál sería?

El subcampeonato de Liga. Todavía voy a Las Palmas y voy a desayunar al mercado del Puerto y viene gente a saludarte, y te llevan por los puestos y tienditas para que veas las fotos que tienen colgando de la UD Las Palmas de aquella época. Eso me emociona con profundidad. Lo más bonito de todo esto, con las redes sociales, no hay semana donde no aparezca algo de aquella época: fotos, crónicas... Lo que sea. Se sigue recordando la alineación como se recuerda en Tenerife la del primer ascenso, por ejemplo. Todo el mundo se la sabía de carretilla.

¿Y de sus años como blanquiazul?

El primero como profesional, cuando fiché en el club con Heriberto Herrera, que no tenía ni 18 años y subimos a Primera División. Aquello lo recuerdas como si hubiera sido antes de ayer. Los recibimientos cuando llegamos a Los Rodeos, la comitiva que nos recibió, la celebración en Plaza de España... Es inolvidable.

¿Entiende el fanatismo con el que se vive estos partidos?

Creo que la mayoría de gente lo vive de una manera sana. El que vaya al fútbol a buscar jaleo tiene un problema. A mí me gusta esos piques sanos, digamos. Me acuerdo antiguamente como iba la gente con la jaula con el canario dentro y otros con el chicharro. Esas cosas simpáticas y agradables con las que dan vida a un derbi. De ahí a lanzar piedras hay un trecho. Suele reinar la deportividad.

No tendremos este año a Pedri en el derbi. ¿Qué sentimientos le despierta ver a un paisano suyo y a un canterano de la UD deslumbrar en el FC Barcelona?

Es un motivo de orgullo tremendo, de satisfacción. Ver a un chico de un pueblito de Tenerife triunfar en la UD Las Palmas y después ser fichado por el FC Barcelona para codearse con Messi o Griezmann, es increíble. Su nombre ya empieza a ser reconocido hasta a nivel europeo. Es un motivo de orgullo para los tinerfeños y para los grancanarios. Pedri es un motivo de orgullo para Canarias. Se ha demostrado que si se les da confianza a los jóvenes, a los nuestros, pueden dar la talla. ¿Cuál es el problema? Mira lo que pasa en el Tenerife. Se han hecho un montón de fichajes esta temporada, ninguno superior, con una categoría inmensa. Tantos fichajes cierran el camino a los nuestros. Esa es la gran tristeza que me duele en mi tierra, en el Tenerife. Se le da más importancia a lo de fuera que a lo de aquí, que no se valora. Eso en Las Palmas, como la historia, se trabaja y respeta mucho más. Se ve temporada tras temporada. Jorge Padilla y Javi Alonso han desaparecido después de una grandísima pretemporada. Hay que justificar los fichajes y claro, nuestros chicos se quedan sin oportunidades. Me da una profunda tristeza.