Cuando más quema la bola, el tiro libre. El Iberostar volvió a demostrar ayer que su acierto desde el 4,60 es uno de los mejores argumentos que puede esgrimir ante el rival. Contra el Betis, los aurinegros se fueron a un sobresaliente 24/27 desde la línea, casi un 89 por ciento de efectividad. Cifras superlativas que adquieren aún si cabe mayor relevancia si se tiene en cuenta que en el cuarto final la planilla de los de Vidorreta en este apartado fue de 13/14.

De hecho, los isleños solo anotaron una canasta ( bombita de Fitipaldo) en los siete minutos y medio finales. Ridícula producción en la mayoría de los casos, pero suficiente cuando los isleños siguen sacando tantas faltas por encuentro, casi 23,4. Esta vez, para aguantar su renta de 62-55 frente al Betis, los aurinegros firmaron un en el tramo final un 13/14 con la participación de cinco jugadores.

Pero la de esta décima jornada no es la primera vez que el Iberostar vuelve a mostrar un meritorio pulso cuando más le podría temblar la mano ante situaciones comprometidas. El caso más evidente, el de la histórica remontada contra el Murcia, cuando los canaristas hicieron 10/10 en libres en los últimos 99 segundos del choque. Contra el Joventut, en otro choque decidido en el suspiro final, el guarismo fue de 6/7 desde el minuto 35, mientras que un 5/5 en el epílogo también ayudó a aplacar una posible reacción del Bilbao, a la vez que el 4/4 ante el Unicaja también evitó cualquier despertar de los andaluces.

Un caso parecido al de ayer domingo se produjo contra el Fuenlabrada. Los madrileños, casi con el partido perdido apretaron, y la respuesta canarista llegó desde el 4,60 con un 6/7 en los tres minutos definitivos con un global de 13/17 en el cuarto acto. Antes, en la jornada inaugural, en el duelo contra el Zaragoza, el 8/10 fue clave para que los de Vidorreta sacaran adelante su estreno en la prórroga. Suficientes argumentos para que los rivales sepan que, en un final apretado, hacer falta a este Iberostar es casi sinónimo de derrota.