Hace solo cuatro meses de la última visita al Heliodoro. Se cumplen hoy. El equipo maño llegaba a la cita dispuesto a agotar sus últimas opciones de ascenso; el Tenerife ponía en juego sus posibilidades de disputar playoff. El empate frustró la carrera de ambos hacia sus respectivos objetivos.

El escenario del partido de esta noche es diferente, pero vuelve a encerrar una especie de ultimátum para ambos, esta vez personalizado en sus entrenadores. Fran Fernández no soportaría una nueva derrota a estas alturas de temporada, después de cuatro encuentros sin ganar, con empates insatisfactorios y con el equipo muy lejos del nivel y los resultados esperados y exigibles. En el banquillo contrario, uno de los protagonistas de aquél último enfrentamiento, Rubén Baraja, vive ahora las sensaciones opuestas, porque su equipo no ha sido capaz de revertir una crisis que se prolonga desde marzo. Baraja hizo el equipo a su mano, pero el Zaragoza, uno de los grandes inversores de un verano de precariedad en el mercado, no funciona. La continuidad del entrenador vallisoletano en el banquillo ha estado sujeta a cada uno de sus últimos marcadores, casi a cada minuto de los últimos, porque los dos goles postreros de Narváez para salvar un punto ante el Girona, han hecho posible que Baraja siga al frente del once blanquillo.

En el bando tinerfeñista, hablar de alineación es abrir un abanico de posibilidades. Fran Fernández cambia cada semana, de manera que habrá que esperar para saber si los centrales son Bruno Wilson y Sipcic, o entra Alberto por alguno de ellos; para despejar la incógnita respecto a si Folch y Zarfino se consolidan en el eje, o si vuelve Aitor Sanz; para conocer quien es el media punta de turno esta semana, a elegir entre un centrocampista avanzado como Vada o un segundo delantero, como Bermejo o Jorge, que reivindicó más minutos con su gol salvador en Fuenlabrada. Con los otros ocho podríamos arriesgar, porque parece probable que la banda derecha la ocupen Kakabadze y Moore; y la izquierda Álex Muñoz y Nono.

El Tenerife necesita encontrarse como equipo, redondear una actuación que siembre confianza, y especialmente ganar antes de encarar el derbi ante Las Palmas. Un escenario negativo podría provocar el cambio de entrenador justo en la semana previa.

En cuadro. Los números acosan a Baraja, tanto como el pobre juego y la debilidad defensiva que muestra su equipo. Después de protagonizar el peor arranque de la historia del equipo en esta categoría, con solo 10 puntos en 9 partidos, el entrenador ha empezado a cambiar cosas. Ha llegado a cerrar con tres defensas y a colocar un jugador en la media punta, pero no será ese el dibujo hoy, porque las bajas abocan al pucelano a alinear a los cuatro únicos defensas que le quedan (4-4-2). Se le han ido cayendo Atienza, Jair, Adrián, Vigaray, Nieto y, ayer, Jannick, que aunque ha dado resultados negativos en los test, se quedó en casa por un positivo en su entorno familiar. De los últimos 18 puntos, el Zaragoza ha sumado 3. Escenario de ultimátum.

Detalles alrededor del partido

Tarjetas: Wilson tiene 4 amarillas

El único futbolista amenazado de sanción en el Tenerife es el portugués Bruno Wilson, que ha visto la amarilla cuatro veces. Si es amonestado hoy, no podrá jugar el derbi. Se da la curiosa circunstancia de que el estreno de Wilson como blanquiazul fue ante los amarillos, en pretemporada, con derrota por 1-3. Con tres tarjetas amarillas arrancan la jornada Aitor Sanz y Zarfino.

El rival, con 6 ausencias: Buyla, la última baja maña

El Real Zaragoza descartó ayer la presencia de Jannick Buyla en la expedición, por un positivo por Covid-19 en su ámbito de convivencia familiar. El club ha considerado aconsejable que el futbolista se quede en la capital maña, a pesar de la larga lista de ausencias que hay en la plantilla. El equipo de Baraja llegó ayer en vuelo chárter y se marcha tras el partido, también en chárter.

El árbitro: Un antecedente en casa

Alejandro Muñiz Ruiz, pontevedrés, ya dirigió al Tenerife este año, en el partido de la pasada Liga ante el Rayo Vallecano (0-0), uno de los pocos que el equipo no ganó como local, de la mano de Rubén Baraja.