La excelente trayectoria del Clarinos en la máxima categoría del baloncesto nacional contrasta con las dificultades económicas que está padeciendo, inconveniente que tiene como origen algunos pagos pendientes por parte de las instituciones; en concreto, de una subvención correspondiente a la temporada 2018/19 y un acuerdo del ejercicio posterior, tal como contó ayer su entrenador, Claudio García, quien teme por la supervivencia del club y desconoce si sus jugadoras volverán a entrenar tras la interrupción de la competición hasta el 19 de noviembre, a partir del partido de hoy ante el Araski.

"No sé qué jugadores van a volver a los entrenamientos el día 16, no tengo vergüenza para preguntar", confesó el entrenador, quien no descarta que el Ciudad de La Laguna se vea obligado a dejar de competir. "No puedo negar que quizás este vaya a ser el último partido del Clarinos en la Liga, porque no podemos más", añadió lamentando que los apoyos que le llegaron el pasado verano, cuando recibió unas falsas acusaciones de maltrato, no se hayan convertido en algo más necesario. "Hubo gente que sacó la bandera del apoyo al deporte femenino, pero ese apoyo hace falta ahora cumpliendo con lo pactado", apuntó refiriéndose a los responsables de las instituciones públicas. "No puedo decir nada de los pocos patrocinadores que nos apoyan fielmente, ni de los directivos del club, que más no pueden hacer, ni de las jugadoras, que trabajan sin poner una mala cara ni un mal gesto, llevándose de forma espectacular entre ellas y con el cuadro técnico", indicó.