Si ayer el Iberostar de la segunda parte fue un equipo desconocido, el Txus Vidorreta de todo el encuentro tampoco se correspondió con el entrenador de sangre caliente y en continuo movimiento que suele ser el bilbaíno durante los partidos. Y es que el entrenador del cuadro lagunero, con mascarilla siempre puesta -seguramente como un intento de seguridad para evitar la serie de contagios que se están dando en los partidos europeos- apenas se levantó de su asiento. Por mucho que desde su silla ya hubiera recibido una falta técnica en el minuto 6. Su lenguaje gestual sí fue más acorde, tras el descanso, con la imagen que dieron sus jugadores; aunque a la vez incomprensible ante el baño que estaban recibiendo los canaristas. "Tras 20 minutos muy buenos de concentración y acierto la segunda parte fue todo lo contrario, ya que ellos estuvieron mucho mejor que nosotros, Spissu cogió el ritmo del partido y nosotros no logramos mantener la concentración. Es la primera vez que nos pasa en muchas temporadas", apuntó el preparador aurinegro, que, sin especificar, si pareció lanzar un mensaje a sus jugadores. Seguramente algo muy similar a lo que, justo tras el duelo, les hizo saber a sus pupilos, reunidos en corro bajo una de las canastas. ·"Tengo clarísimas cuáles son las causas", dijo sobre la metamorfosis de los suyos. "Debemos ser capaces de competir con mejores condiciones ante tanta adversidad. Estoy seguro de que nuestro rendimiento el domingo será totalmente diferente y mucho mejor", concluyó.