La polémica en torno al gran premio de Fórmula 1 de Portimão, sur de Portugal, sigue creciendo hoy con las declaraciones de expertos médicos, que no entienden que se admitiera la entrada de 27.500 personas cuando la curva de contagios se está disparando, y las críticas de aficionados por las restricciones.

Tras la difusión de imágenes que mostraban aficionados sin cumplir distancia en al menos dos de las once gradas del recinto durante el sábado, el domingo los responsables del Autódromo Internacional del Algarve reforzaron la fiscalización para evitar que la escena se repitiera.

El resultado fue cerrar algunos accesos durante esa jornada cuando consideraron que se había alcanzado el aforo máximo para poder ver la prueba con distancia, lo que provocó que algunas de decenas de personas se quedaran fuera a la espera de ser reubicados mientras los pilotos empezaban a correr por la pista.

El descontento de estos aficionados, que han llegado a pagar hasta 300 euros para ver la primera prueba perteneciente a un Mundial que se realiza en territorio luso en 24 años, fue registrado por medios locales, a los que se quejaron de no tener información por parte de los responsables del recinto.

Sus quejas han sido complementadas hoy por varios especialistas, entre ellos el presidente del Colegio de Médicos de Portugal, Miguel Guimarães, quien ha aseverado que no se pueden tener "dos varas de medir" al permitir más de 27.000 personas en las gradas mientras que las reuniones en el país están limitadas a 5 personas.

"Esto es un insulto a los profesionales sanitarios", agregó Guimarães, en un tono compartido por el presidente de la Asociación Nacional de Médicos de Salud Pública, Ricardo Mexia, quien ha admitido que le gusta "mucho" la Fórmula 1, pero que en el actual contexto "no iría".

"Con la proximidad en un evento, es muy difícil evitar la propagación de la enfermedad. La probabilidad de encontrarnos a alguien enfermo, aunque asintomático, acaba siendo superior a la que teníamos hace dos o tres meses", sostuvo.

Además del ascenso de la curva de contagios en Portugal, que este sábado alcanzó su récord de casos detectados en un día con 3.669 infecciones, los expertos recuerdan las nuevas restricciones que los ciudadanos tendrán que afrontar durante el emotivo fin de semana de Todos los Santos.

Entre el jueves 30 y el 3 de noviembre no se podrá circular entre municipios y muchos cementerios del país preparan restricciones para que el luto no acabe con la distancia social, incluso entre familiares, un sacrificio que, dicen los expertos, es difícil de aceptar cuando se permiten más de 27.000 personas en la Fórmula 1.