Menos de 72 horas después de salir con grandes sensaciones futbolística de El Molinón, el Tenerife se ve en la obligación de cambiar de plan. Enfrente, hoy, estará un equipo diferente al Sporting, y el partido se jugará en condiciones distintas, las que marca El Toralín.

En lo único que puede parecerse el compromiso de esta tarde al de Gijón es en que el equipo de Fernández deberá asumir la iniciativa en el juego. No es mal síntoma. Implica que hay diferencia de nivel a favor de los tinerfeños. El problema es, una vez más, como hacerla valer en el marcador, algo que no sucedió hace tres días en el campo sportinguista. La última visita del Tenerife al Toralín es un claro exponente del contraste de estilos. El equipo, entonces dirigido por López Garai, firmó media hora brillante con la pelota. Su rival, de la mano de Jon Pérez Bolo, jugó a contrarrestar, apretó donde creyó que podría robar y jugó en largo para forzar situaciones de mano a mano entre Yuri y Sipcic. Sacaron un partido impresionante, con un inapelable (4-0).

La Liga Smartbank abre historias diversas cada semana, dependiendo del rival y del escenario. Hoy, para el Tenerife, quizás sea más conveniente ser más directo, tratar de imponerse más cerca del área y sacar a relucir su calidad individual para acabar la jugada.

Lo imprevisible. El equipo de Bolo es imprevisible, capaz de hacerle un 3-0 al Rayo Vallecano en 45 minutos y de perder con el Cartagena solos dos semanas después. De hecho, solo ha sacado 3 de los 9 puntos disputados en casa (perdió con el Castellón), pero tiene varios jugadores de calidad y experiencia, como Curro Sánchez y Yuri, ambos con gol, o Valcarce en la derecha. El Tenerife va a tener que sumir el mando y su rival jugará a esperar. El éxito en una situación así empieza por no conceder nada en las zonas defensivas donde el equipo juega más descubierto. Las vigilancias, las lecturas defensivas para anticipar, la aplicación a balón parado... Todo lo que ha fallado en las tres visitas anteriores. En Alcorcón hubo desconcentración previa a los goles; en Mallorca, mala respuesta defensiva a un balón parado lateral en la jugada del primer gol; y en Gijón, un error en el balance defensivo cuando el equipo estaba muy adelantado.

Anuncia cambios. Es muy complicado acertar con la idea de Fran Fernández en este partido, porque ha anunciado rotaciones. Lo normal es que salgan de la alineación algunos habituales. El papel de futbolistas de jerarquía, como Ramón Folch, invita a pensar que Aitor Sanz puede tener un descanso. La posibilidad de recuperar a los laterales, Otar Kakabadze, que ya viajó con opciones de entrar en el equipo en Gijón, y Álex Muñoz, puede provocar cambios en los dos costados, bien con Shaq Moore como interior, bien dando opciones a Jacobo y Shashoua, protagonistas de un buen rato en el tramo final del encuentro el domingo. Todo lo demás, con excepción del portero y de Fran Sol, parece sujeto a variaciones, pensando en no cargar jugadores y en preparar con frescura la visita del Espanyol, el domingo. Máxime teniendo en cuenta que la próxima semana hay partido el miércoles en casa (ante el Lugo) y el domingo (en Fuenlabrada ).