Que el momento dulce se contagie también a Europa. Reforzado anímicamente por la gran racha que viene encadenando en la Liga Endesa, el Iberostar Tenerife arranca hoy su quinta participación seguida en la Basketball Champions League, en concreto recibiendo al Bakken Bears danés. Y lo hace, como en sus comparecencias anteriores, con el cartel de aspirante a todo, una vitola ganada a pulso por su habitual presencia en la lucha por este título continental, y también por una plantilla que pese a varios contratiempos físicos posee argumentos suficientes para codearse con cualquier otro candidato. Como añadido, comenzar el proceso de desquite de lo que se puede calificar como eliminación prematura en la reciente Final a 8 de Atenas.

La regularidad en la fase de grupos ha sido, en los cuatro cursos precedentes, el santo y seña del conjunto lagunero, que siempre ha pasado de ronda como primero o segundo. El propósito ahora es el mismo, pero con un margen de error mucho menor, ya que el cambio de formato deriva en que cualquier traspiés, y más aún si es inesperado, te deje al borde del abismo. Y el de hoy, precisamente, contra un conjunto que procede de la previa, es uno de esos duelos en los que el Iberostar no se puede permitir resbalón alguno.

Usando como mejor argumento los detalles exhibidos en las últimas semanas en la ACB, pero sobre todo la capacidad de sufrimiento cuando más cuesta arriba se le ponen los encuentros, el de hoy es un choque que al Canarias le debe servir también para continuar (que no todavía terminar) con ese proceso de recolocación de fichas. Sin el concurso de Todorovic en lo que queda de curso, y exento de prisas para el regreso a la competición de Santi Yusta, el cuadro lagunero podría añadir hoy una más pieza a su particular engranaje: la de Spencer Butterfield. El escolta llega con el claro propósito de convertirse en una manifiesta amenaza exterior. Presencia en el tiro de tres que enriquezca el abanico de posibilidades tácticas de Vidorreta, que con el norteamericano podrá además generar más espacios para que sus bases y también Shermadini no se sientan tan acogotados por las defensas rivales. Además, con el ex del Nanterre el Iberostar se cubre las espaldas ante posibles malos días en el tiro de su hasta ahora principal referente más allá del arco, Sasu Salin. La evidente irregularidad en este primer mes de competición del finés, por tanto, no debería -en caso de prolongarse- provocar una incidencia tan negativa.

Eso sí, para calibrar la verdadera impronta que pueda dejar Butterfield habrá que tener cierta paciencia, ya que el exterior lleva bastantes meses sin jugar partido oficial alguno. Aún así, no estaría de más que el de Utah -si finalmente es dado de alta- se hiciera notar desde ya con el fin de paliar un limitado fondo de armario en los aurinegros, condicionados por la reglamentación de cupos. Con Dani Díez fuera de combate, los únicos seleccionables de los que dispone Vidorreta hoy son Álex López, Sergio Rodríguez y Fran Guerra, por lo que deberán entrar en la convocatoria tanto Danilo Brnovic como Alberto Cabrera. Dicho extremo provocará, a su vez, que dos profesionales no se encuentren entre los 12 elegidos. En las anteriores citas continentales los sacrificados fueron Bogris y Sulejmanovic. Elegir bien los descartes será otra prueba más de superación los que sí se vistan.