Un cabezazo de Nikola Sipcic al centro de la portería, en el tiempo de prolongación, y que salvó in extremis el guardameta Mariño, ha tenido hablando solo en estas últimas horas a todo el tinerfeñismo. Ocasión desaprovechada que hubiera supuesto para los de Fran Fernández dar un golpe encima de la mesa en casa de uno de los gallitos. Dos puntos que se fueron al limbo en El Molinón por falta de una precisión en el remate, un desajuste en el punto de mira por el que, sin embargo, no se debe cargar las tintas sobre el central, que hasta la fecha viene haciendo casi a la perfección su principal labor, defender.

Así al menos lo atestiguan los números. Sipcic es el único jugador de campo que ha estado sobre el césped, de principio a fin, en estos seis primeros partidos ligueros del CD Tenerife. Ha hecho pareja con Bruno Wilson primero y con Alberto en estos dos últimos encuentros. Pero siempre con la etiqueta de indispensable para el técnico almeriense, una vitola que el balcánico está traduciendo en una tarjeta casi inmaculada. Así quedó patente, por ejemplo, en varias acciones este pasado domingo contra su compatriota Uros Djurdjevic, máximo goleador del presente curso, y al que se impuso en casi todas las disputas. Ejemplo de que en líneas generales su aportación tiene mayor peso que el de sus errores, como aquel que cometió hace unas semanas en el Heliodoro contra el Mirandés y que le costó un gol a su equipo.

Después de seis encuentros Sipcic totabiliza 17 recuperaciones, casi tres por encuentros y otras tantas más que el global de su máximo perseguidor en esta tabla, el centrocampista del Mirandés Víctor Meseguer (14). Pero es que además el central tinerfeñista ejecuta su labor con guante blanco, ya que apenas ha tenido que cometer cinco faltas en estos 540 minutos sobre el verde. De estas infracciones, Nikola no ha sido acreedor de ninguna tarjeta amarilla. Tras el central, los blanquiazules más efectivos en labores de recuperación son la pareja de mediocentros: Aitor Sanz y Gio Zarfino, con 11 y 9 robos respectivamente.

Mañana, en su visita a la Ponfe, Sipcic en particular y el CD Tenerife en general, tienen la ocasión de mantener e incluso mejorar estos guarismos defensivos. Al menos por motivación nadie estará más metido que el serbio. Hace poco más de un año, en El Toralín, Nikola fue superado una y otra vez por Yuri de Souza. Fue señalado y tocó fondo. Solo jugó 5 de los siguientes 21 encuentros, pero tuvo paciencia y esperó su oportunidad. En el duelo de la segunda vuelta se resarció con el gol de la victoria. Ahora, totalmente consolidado en la zaga, tiene la ocasión de terminar de desquitarse.