El Marino regresa a Segunda B, y también lo hace su entrenador, Quico de Diego, que ya ejerció ese cargo en esta categoría con el San Isidro. "Para mí es un orgullo", afirma el técnico. "Fui jugador de este club durante cuatro años en Segunda B y también fue mi primer equipo en categoría regional, así que espero estar a la altura de la entidad y ofrecerle a la afición una temporada como la anterior, con un equipo que tenía una identidad y una idea, y que pudo conseguir su objetivo", manifestó ayer.

Al respecto, aclaró que la meta del Marino en la campaña que comenzará mañana será la permanencia. Quico aseguró que el conjunto de Los Cristianos tratará de empezar la temporada "de la mejor manera posible", es decir, ganando a la Balompédica Linense. Pero también compartió su sospecha de que el Marino irá "de menos a más" en este curso. "Seguramente iremos de menos a más por la inexperiencia que tienen nuestros futbolistas, pero llegaremos al final siendo un mejor equipo", añadió antes de insistir en la necesidad de "empezar a sumar puntos" para tener "tranquilidad" y contar con "el mejor colchón posible" con vistas a una teórica segunda fase para evitar bajar, ya que la puntuación se arrastrará de la primera fase a la siguiente.

En cuanto al grupo que dirige, opinó que el Marino logró reunir a la "mejor plantilla dentro de las posibilidades que existían". En particular, señaló que el club incorporó jugadores "canarios que han estado cerca de ser profesionales o de jugar en los representativos", pero que no tuvieron la suerte de hacerlo con continuidad. "Hemos apostado por ellos y ahora tienen la oportunidad de mostrarse en una categoría que está un escalón por debajo del CD Tenerife y la UD Las Palmas", dijo.

Por último, se mostró satisfecho con el trabajo realizado durante la pretemporada. "El equipo llega en una buena línea, aunque es cierto que se nota un poco la diferencia entre los jugadores que ya estaban con nosotros y los que llevaban seis meses parados", concluyó el técnico del Marino.