El CD Marino iniciará mañana, recibiendo a la Balompédica Linense (12:00), su tercera experiencia en la Segunda División B, categoría en la que compitió por última vez en la temporada 2012/2013, cerrando una etapa muy corta, de solo un curso y en la que coincidió con el CD Tenerife. Mucho antes, a finales de la década de los 80 y comienzos de los 90, el equipo de Los Cristianos sí llegó a enlazar cinco campañas en ese nivel. Ahora, con Quico de Diego al frente de la plantilla, la escuadra sureña se reencuentra con una renovada Segunda B con el único objetivo de alcanzar la permanencia. El club presidido por Francisco García Santamaría pone en marcha un proyecto en el que mantiene la base del ejercicio pasado y queda reforzado con jóvenes jugadores canarios, casi todos con recorrido en esta categoría.

Fundado en 1933, el CD Marino ha vivido tres ascensos a Segunda B muy diferentes. En el primero fue pionero dentro de los clubes tinerfeños. En tiempos en los que subía directamente el campeón de Tercera, el conjunto de Los Cristianos, con Valentín Toste en el banquillo, se ganó el derecho a dar un paso sin precedentes en su historia. Así, el 4 de septiembre de 1988 se produjo su debut en el campo del Sevilla Atlético (1-0). Ese día, el entrenador Martín Marrero alineó a Urresti, Toni, Mesa, Santi, Toño Reyes, Luismi, Salvador, Luis, Eduardo Ramos, Guillermo y Julio Suárez, quien acabó el curso como máximo goleador (20). El Marino, que compitió con rivales como el Linares, Badajoz, Getafe, Leganés, Jaén, Córdoba, Maspalomas o Telde, acabó en la mitad de la tabla, posición que repitió en la temporada 89/90. Esa fue una Liga en la que no hubo tanta estabilidad en el banquillo: empezó Jozsef Toth, siguió Fernando Pérez y terminó Francisco Causanilles. Ese Marino se reforzó con futbolistas del prestigio de Tata, Mínguez, José Ramón, Urcelay o Quico de Diego -actual técnico-, y en el que empezó a aparecer un Willy Barroso que unos años más tarde participaría en otro ascenso, pero teniendo una función diferente.

El equipo ya se había consolidado en la Segunda B y en la temporada 90/91 volvió a sellar una permanencia sin agobios (puesto 13). Con Juan Trujillo primero y José Antonio Rirre después, el Marino siguió madurando con fichajes de veteranos como Óliver Chinea o Pedro Martín. La fórmula del club no varió en el ejercicio siguiente, esta vez, para cerrar la campaña 91/92 en el duodécimo lugar, y con Causanilles como entrenador.

Pero la relación del Marino con la Segunda B terminó rompiéndose. Después de cuatro temporadas en la categoría, el equipo, con el fichaje destacado de Julio Durán, protagonizó una pésima segunda vuelta y descendió junto a la Balompédica Linense, su rival en el partido de mañana. Los problemas económicos acabaron lastrando el proyecto deportivo de un club al que le costó recuperarse tras caer (1993) directamente a la Categoría Preferente y, un año después, a la Primera Regional. De hecho, hasta 2007 no logró subir a Tercera.

Al fin volvía a estar a solo un paso de la Segunda B y, después de cinco campañas en el Grupo Canario, el Marino festejó otro ascenso a la categoría de bronce (2012). De la mano de Willy Barroso, el equipo derrotó al Fuenlabrada en la eliminatoria de campeones de Tercera. El primer encuentro de esta nueva etapa fue un duelo sin precedentes ante el Tenerife en el estadio Antonio Domínguez (0-2). En ese curso, los de Álvaro Cervera subieron a Segunda A y los sureños, con Barroso hasta la decimocuarta jornada y con José Juan Almeida después, terminaron el curso siendo colistas. Fue un Marino que contó con jugadores como Ayoze Placeres, David Dorta, Sandro Rodríguez, Aarón Darias, Rayco Villanueva, Raúl Barcos, Balduino, Noah, Javi Marchena, Amado, Airam García, Alberto Quintero...

El último ascenso estuvo condicionado por la pandemia del coronavirus, no solo por el final anticipado de la competición de Tercera, en el que el Marino fue declarado campeón, sino por el formato posterior. Los tinerfeños intentaron subir, sin éxito, en el playoff celebrado en El Hierro (lo logró el Tamaraceite), y la repesca ante el Linares no se llegó a disputar por la falsa detección de casos de Covid-19 en el equipo tinerfeño. Al final, la RFEF decidió que subieran sin jugar los cuatro participantes en esa promoción: Marino, Linares, Lealtad y Alcoyano.