A partir de la resolución del "caso Vada" se habilitó a los futbolistas no comunitarios, menores de 18 años, para fichar en equipos europeos acreditando una segunda nacionalidad dentro del marco de la Unión Europea. Vada pagó caro, con dos años de inhabilitación, las negativas de FIFA a aceptar algo que ahora es jurisprudencia.

El flamante fichaje del Tenerife es todo un personaje. Un talento aventajado que tiene tras de sí una historia intensa, dura y generosamente culminada con un éxito que abrió puertas a todos los chicos que quieran dar el salto a Europa y, especialmente, a los clubes que cazan futbolistas precoces fuera de la Unión Europea. Él dio ese salto cuando, con solo 9 años, empezó a viajar a Francia para madurar la propuesta del Girondins de Burdeos. Vada, santafesino (como Messi, Di María o Mascherano) se formó en su ciudad, San Jorge, y decidió enrolarse en el Proyecto Crecer, con sede en Córdoba, una especie de cantera del Burdeos en Argentina, a través de un acuerdo con Newell's. Con 15 años, ya le llamaban el otro Messi cuando decidió dejar Newell's, donde lo miraban como un talento singular. Ese apelativo rivalizaba con el de niño prodigio en las publicaciones de su etapa como juvenil, en la que estuvo en la órbita del Real Madrid.

E El primer frenazo. Su familia decidió establecerse en Francia para que Valentín pudiera aprovechar la oportunidad europea, pero la inscripción de Vada fue rechazada por FIFA, porque se trataba de la trasferencia internacional de un menor. Le faltaban tres años para poder fichar en Europa y tampoco cubría algunas de las tres excepciones para hacerlo con su edad. A saber: que el traslado de su familia no fuera por razones vinculadas al fútbol; que el traspaso fuera en Europa y el jugador tuviera entre 16 y 18 años; o que aunque fueran (los clubes) de países distintos, hubiera 100 kilómetros entre donde reside y donde juega. De nada sirvieron las tentativas para conseguir 'encajar' en alguno de estos tres puntos. El padre de Vada encontró un trabajo en Burdeos, pero FIFA entendió que la presencia de los progenitores en el país obedecía a la carrera deportiva del jugador y no al revés, siguió denegando el transfer e inhabilitando a Valentín durante dos temporadas. El TAS también revocó el recurso de la parte del jugador. Vada solo pudo jugar en la selección sub'16. El futbolista firmó un convenio de formación con su club (para estudio, alojamiento y manutención), el Burdeos le encontró un antecedente en Italia y lo presentó como comunitario, pero ambas cosas tampoco sirvieron como estrategia ante FIFA, que siguió considerando que era un traspaso de Argentina a Francia y que no cumplía los requisitos. Corría el año 2013 y la representación del jugador, que ya tenía 16 años (la edad mínima de la tercera causa de excepcionalidad explicada anteriormente), volvió al TAS, con la nacionalidad comunitaria como argumento y el convenio firmado con el Girondins. Entonces el Tribunal del Deporte le dio la razón imponiendo la tesis de nacionalidad. El jugador venía de Argentina, pero acreditaba ser europeo y comunitario. El 11 de enero de 2013 firmó, por fin, su contrato con el Girondins. El fallo admitió la transferencia de un menor de 18 años si tiene nacionalidad comunitaria y vive fuera de la Unión Europea, atendiendo al interés del menor y citando un precedente, el de Acuña en el Cádiz. Vada estuvo en la órbita de las selecciones de Francia y de Italia, aunque su sueño es la albiceleste.

E Decisión valiente. Durante el periodo de sanción para jugar en Europa, el futbolista fue tentado por River, San Lorenzo y Boca, club del que se confiesa hincha. Desechó las propuestas y decidió esperar, seguir luchando por su licencia en Francia... En 2015 debutó con el Girondins, en un partido de Europa League ante el Rubin Kazan. Luego jugaría 97 partidos, anotando 9 goles y dando 11 asistencias. El club de Burdeos lo cedió seis meses a Saint Étienne, y el Almería lo fichó por 4 millones de euros para 5 años. En la puerta de salida del club almeriense, porque el nuevo técnico no cuenta con él, el Tenerife estuvo más rápido y cuando Jorge Almirón quiso sumarlo al Elche, el acuerdo para traerlo a la Isla ya estaba cerrado.

La 'jurisprudencia Vada' desató más casos sucesivos en la búsqueda de los grandes europeos de jóvenes talentos, especialmente en América, como Garré o Bonfiglio.