Tenerife y Rayo priorizaron evitar transiciones del rival. Los vallecanos cometieron el error de conceder dos seguidas y el Tenerife aprovechó la segunda para marcar y ganar. Es un resumen simple, en el que falta recoger el golpe de fortuna del VAR en la acción que pudo suponer la igualada del Rayo. Los tacos de la bota de Andrés Martín evitaron el empate a solo cinco minutos del final. Por más legal que sea, no se puede pasar por encima de una jugada así en el resumen de un partido tan parejo.

Ganó el Tenerife, que estuvo por debajo en casi todo lo demás. Tuvo menos posesión, se vio obligado a cometer casi el doble de faltas (23 por 13), recibió 8 córners contra 1, y remató un tercio que su rival. El Rayo impuso su estilo en largos tramos del partido. Lo hizo en el primer cuarto de hora de forma nítida. Los de Iraola sometieron al Tenerife, lo obligaron a esperar replegado, y llegaron a situaciones de ventaja para poner buenos centros a base de filtrar juego, generando superioridades por los costados bajo la batuta de Santi Comesaña e Isi. El Tenerife, que estaba avisado del manejo que tiene este rival con la pelota, fue equilibrando la situación, cumplió a rajatabla la prescripción de su entrenador de cerrar espacios y, en menor medida, evitar pérdidas. El equipo fue solidario, presionó alto, llegó a impedir que los vallecanos se sintieran cómodos y trató de salir hacia arriba combinando, aunque cuando sube el ritmo la falta de precisión interrumpe el desarrollo. En este intento de jugar, Nono enriquece de forma ostensible la salida por la izquierda. Vada estuvo más desconectado en tres cuartos.

El partido se igualó en la última media hora de la primera parte, con los porteros de espectadores. Lo más parecido a una ocasión fueron un centro de Mario Hernández sin rematador, otro de Aitor Sanz que corrió la misma suerte y, por fin, la escenificación de lo que se supone debe ser una fuente de peligro local para abrir partidos: un centro de Shaq desde el costado que Fran Sol echó fuera en el primer palo, zona a la que llegó casi estorbándose con Zarfino (esa sería la foto del ataque que se busca, Moore centrando, Sol en el área y Zarfino llegando).

Reconocer la superioridad del Rayo en la escena del juego no pude solapar los méritos del Tenerife como equipo. Más allá del signo final del partido, el conjunto de Fernández dio un paso adelante respecto a las semanas anteriores. Más equilibrado, con mucha regularidad defensiva en todas las zonas del campo y con destellos del salto de calidad que ha dado el equipo con la aportación individual de algunos fichajes, en especial por la primera media hora de Nono y por la segunda parte de Fran Sol, referencia absoluta.

Mayor activación. Precisamente, en la mayor activación que mostró el Tenerife tras el descanso, los movimientos de Sol para dar apoyos de espaldas al área y mejorar la continuidad en el juego, fueron determinantes. El equipo disfrutó de un largo rato de mando en el campo, con el bloque más alto, las ayudas igual de cercanas que en la primera parte, y mayor protagonismo de los laterales en campo contrario. La sensación que daba el partido invitó al técnico a añadir peligro cerca del área: dio entrada a Jacobo y puso a Suso de enganche por dentro (60') prescindiendo de Vada. Luego, Bermejo alimentó de frescura el costado izquierdo. El equipo se equilibró con un solo delantero y Folch y Zarfino rellenando el campo por zonas interiores. Los dos cambios (la entrada de Bermejo y Folch) se produjeron en el 75' y fueron determinantes, en especial por el protagonismo de ambos en la jugada del gol que decantó la balanza. Se valieron de su frescura para tomar la iniciativa cuando todos los demás estaban cansados.

El ritmo bajó y, otra vez con la discusión centrada en el manejo de la pelota, el Rayo recuperó su mando. Qasmi, Isi y Andrés remataron obstaculizados cerca del área, pero el equipo de Iraola empezó a ver que el partido solo tenía una dirección. Error fatal. El árbitro ya había anulado un gol a Fran Sol porque arrancó desde casi medio campo en fuera de juego, síntoma de la situación en la que jugaba el equipo visitante, que cuando más confiado estaba buscando los tres puntos, recibió el golpe que lo derribó. El Tenerife, que definitivamente está más cómodo en transición que jugando, encontró a Bermejo en tres cuartos para sacar una contra que terminó con el remate de Fran Sol desde cerca, al que respondió Miguel Morro (77') con su única parada comprometida de la tarde. Fue la primera ocasión clara del partido, que sirvió de preámbulo para la definitiva: Ramón Folch recuperó en el medio y desde su pase se armó otra contra local, terminada por el centro de Shaq Moore que despejó en corto y hacia el centro Morro, Bermejo remató y el portero palmeó el balón y lo acabó introduciendo en su portería.

La polémica al final. La respuesta del Rayo fue inmediata, ya con Ulloa, Trejo y Andrés Martín en el campo, el equipo vallecano acosó al Tenerife, lo hizo dudar, fallar despejes y perder disputas tan delicadas como la que dejó solo a Andrés Martín, que remató cruzado a la red. El VAR tiró sus rayas y el gol fue anulado por milímetros. El Tenerife resistió y cerró el partido con oficio. En su crecimiento como equipo, en su trabajo como bloque y en el acierto y la oportunidad de los cambios puede encontrar razones para sentirse merecedor de la suerte que acabó sonriéndole.