Eduardo Blasco (12 de diciembre de 1994) está de regreso a su segunda casa, Fuerteventura. El donostiarra, que se desenvuelve igual de bien en diferentes modalidades de natación y subacuáticas, como en salvamento deportivo, prepara en la isla majorera sus próximos campeonatos. En ellos tratará de aumentar un palmarés casi único para un deportista de apenas 26 años y que contempla, por ahora, 36 campeonatos nacionales y diversos éxitos a nivel internacional, entre ellos un oro en un Europeo.

Está de vuelta a Fuerteventura, su casa durante años. ¿Es un regreso para quedarse?

Me he venido de vuelta a Fuerteventura porque considero que es el lugar más idóneo ya que existe una baja concentración de positivos por coronavirus, algo que creo que se mantendrá igual con el tiempo gracias a su aislamiento de la península. Es de los pocos sitios que han mantenido las instalaciones abiertas así que es un lugar ideal para entrenarme en estas circunstancias concretas, pero eso no significa que me vaya a quedar porque en estos diez años que llevo fuera prácticamente no ha cambiado la política que hay en la Isla sobre el deporte, que se encuentra muy desamparado. Las instalaciones que hay sirven para parchear y preparar un evento nacional, pero de cara a un campeonato internacional con la selección española no tengo todo lo que necesito para poder afrontarlo con garantías. Espero que todo esto se solucione pronto para poder marchar porque, aunque me da pena, es lo que tengo que hacer.

¿Se puede decir que ha podido regresar a la normalidad en lo que a preparación se refiere, o todavía estás muy lejos de lo que era antes tu día a día?

No solo estoy todavía muy lejos, sino que me encuentro en las antípodas de la normalidad. Mi vida diaria transcurría en el Norte de España con normalidad y ahora esto no tiene nada que ver. Así fue en el preciso instante en el que tuve que coger un avión y dejarlo todo, desde los profesionales que estaban trabajando conmigo, mi club, mi entrenador... El más mínimo parecido con lo que hacía antes es casualidad; nadar en una piscina y poco más, en eso se parece. No he podido recuperar buena parte del material que dejé y es bastante difícil prepararse, aunque espero que dé para el Campeonato de España para el que estaba entrenándome después del confinamiento.

El confinamiento, por los parones obligados y por la incertidumbre de cuándo volver a competir, ¿le ha hecho sentir igual o peor que con lo que se sufre con una lesión de larga duración?

Por suerte no lo puedo comparar porque no me he lesionado nunca. Pero sí he tenido mucha carga de estrés cuando en el año 2017 se juntaron los Juegos Mundiales con el Campeonato de Europa, y sí que lo podría asemejar en ese nivel con ese momento. Pero lo de ahora en realidad en algo totalmente nuevo, que no se puede comparar con nada del pasado y que nos afecta a todos prácticamente por igual, por lo que la clave es seguir entrenándonos y mantener la cabeza fría.

En deportes como el suyo, ¿se han sentido desamparados estos meses por el Consejo Superior de Deportes? ¿Tiene la sensación de que solo se han preocupado de las ligas profesionales de fútbol y de baloncesto?

No creo que por la pandemia haya existido un desamparo por parte del CSD, sino que ese desamparo ya era previo. No estamos peor ahora que antes, estamos igual de mal. Nos tenemos que buscar la vida. Cada practicante de deportes mayoritarios no mediáticos, con miles y miles de licencias pero que la televisión considera que no le interesan a la gente, estamos igual de mal que antes. Para salir adelante te lo tienes que currar por ti mismo.

Desde hace un tiempo se ha mostrado algo descontento por el apoyo recibido desde el Cabildo de Fuerteventura...

Dicho desamparo consiste en que el sistema de subvenciones que posee es arcaico, está mal planteado y prácticamente se basa en apelar a las habilidades adivinatorias de un deportista, porque te exigen decir qué resultado vas a obtener en un futuro. Y en base a esa previsión te dan una puntuación, y de la bolsa de dinero que haya se te entrega una subvención. Eso no tiene sentido. Prácticamente te obligan a coger un resultado inferior por miedo a no lograr el inmediatamente superior, y de esa manera recibir menos dinero. No tiene ningún tipo de sentido. Las ayudas económicas al deporte en Fuerteventura están mal planteadas. Sin entrar en más historias, que las hay, simplemente, con que se cambiara eso, sería un triunfo.