Otro encuentro de órdago en septiembre. Lejos de tomarse este arranque de temporada como una fase para terminar de engrasar piezas y comenzar a andar con paso firme, el Iberostar Tenerife 20/21 pasa esta tarde -29 horas después de lo inicialmente previsto- su tercera prueba de fuego en menos de diez 10. Lo hizo con la Supercopa ante el Real Madrid, y a continuación con el duelo a vida o muerte frente al Oostende. Ahora, en el estreno de la Liga Endesa, los de Txus Vidorreta afrontan un duelo de primer orden recibiendo al Casademont Zaragoza, uno de los gallitos de la pasada fase regular y que este curso también ofrece argumentos para poder codearse en la zona noble de la tabla. Es por ello que el choque de esta tarde tiene para los aurinegros tanta exigencia como trascendencia.

Y es que un triunfo esta noche supondría para los de Vidorreta un extraordinario estímulo en no pocos sentidos dentro de lo que será la continuación de un carrusel que podría incluir siete compromisos en apenas 14 días. Por un lado, confirmar que el roster canarista se ha sabido rearmar -técnica y anímicamente- tras la traumática lesión de Dejan Todorovic y está capacitado para competir, de tú a tu, contra rivales directos. También porque doblegaría a un igual en la ACB y al que mandaría una señal de cara al enfrentamiento que ambos dirimirán en poco más de una semana en los cuartos de la Final a 8 de la Champions. E igualmente porque el Iberostar demostraría saberse adaptar a la nueva normalidad que va a rodear a buena parte de esta temporada, aquella que obliga a ejercer como local con las gradas totalmente vacías, y tener que adecuarse a inesperados cambios de planes, como el que ha rodeado al encuentro de hoy.

A expensas de afinar la puntería -el día que le entren los triples será un equipo arrollador, pero cuando los falle debe buscar otros recursos-, roles -Huertas y Fitipaldo deben coordinarse los dos juntos en la cancha- y automatismos -claves para dar con tiros liberados que han llegado con cierta dificultad en los duelos previos- en la parcela ofensiva, este Canarias parece destinado a sobrevivir de entrada de su arrojo defensivo. Aquel que por ejemplo dejó patente durante bastantes minutos del choque contra el Oostende. Hoy, frente a un rival si cabe más físico y con muchos centímetros en todas sus posiciones, el redoble en el esfuerzo atrás se antoja más que obligado. Según Vidorreta, su equipo se topará hoy con un conjunto que lejos de acusar la marcha de su ideólogo, Porfi Fisac; o la de su gran promesa, Carlos Alocén, ha mantenido sus señas de identidad. "Posee una plantilla de primer nivel, potente, equilibrada e incluso más agresiva en defensa", señaló el vasco del cuadro rojillo.

Más músculo en el Casademont

En este obligado periodo de reordenación considera vital Vidorreta "minimizar las pérdidas". Un debe si cabe hoy más importante de disimular contra un rival casi imparable a cancha abierta. Si esta tarde el Canarias deja correr al conjunto de Diego Ocampo, sus opciones serán casi nulas. El Casademont solo presenta tres novedades respecto al pasado ejercicio: el canterano Jaime Fernández y los explosivos Rashid Sulaimon y Sagaba Konate. Estos dos últimos, y algunos más, pondrán a prueba la supuesta mejora física del Iberostar Tenerife 20/21.