"Ha sido un regalazo anticipado". Así se expresaba ayer David Hernández, un candelariero apodado el Oso y que mañana podrá celebrar a lo grande su 50 cumpleaños después de que este fin de semana se alzara con el título nacional en Kneeboard, modalidad del surf que se practica con las mismas maniobras que la especialidad convencional, pero de rodillas en la tabla. El logrado en la playa de A Frouxeira (La Coruña) es el segundo entorchado que consigue este bombero tinerfeño tras el ya alcanzado en 2005.

Después de clasificarse como segundo de su eliminatoria, Hernández fue un tornado en la final, yéndose hasta los 14,66, marca muy superior a los 8,17 que firmó el cántabro Óscar García, a la postre medalla de plata. De hecho, solo con su mejor ola (8,83 de puntuación) le hubiera valido a David para asegurarse el título. "La verdad que nunca me había enfrentado a unas condiciones tan adversas como las de estos días", reconoce el tinerfeño, al que las "malas mangas" de las semis le sirvieron "para aprender". "Viendo a los demás me di cuenta de que con la corriente tan fuerte que había, como te pararas de remar un solo momento te salías de la ola; y eso hice en la final", describe Hernández.

Lejos de ver este éxito como la guinda a su carrera, el Oso (mote que le pusieron de pequeño porque "era gordito, grande para la edad y tenía el pelo largo") parece pasar por uno de sus mejores momentos, ya que en su especialidad "la experiencia es un grado a favor". De hecho, el isleño venció en la playa coruñesa dentro de una prueba Open ante rivales de diversas edades. "Llevo toda la vida en esto, me encanta y además me mantiene en forma; como para dejarlo ahora", apunta el tinerfeño, que todavía mantiene vivo el sueño de brillar de nuevo a nivel internacional tras haber sido ya subcampeón mundial en tres ocasiones: 2015, 2017, y 2019. Por ganas, que no sea.