Carlos Pomares Rayo, el tercer fichaje realizado por el CD Tenerife este verano, llegó ayer a la Isla. Una vez en su nuevo destino profesional, el lateral izquierdo valenciano, de 27 años de edad, seguirá los pasos que dieron la semana pasada sus compañeros, es decir, tendrá que superar las pruebas de detección del coronavirus y los chequeos médicos antes de unirse a los entrenamientos a las órdenes del mismo técnico con el que trabajó el curso pasado en el Alcorcón, Fran Fernández. El futbolista, que firmó un contrato de dos años de duración con el club tinerfeño, cumple el deseo de dar "un salto cualitativo" en su carrera después de haber formado parte del Huracán Valencia, Barakaldo, Lorca FC, Extremadura UD y Alcorcón.

"Buscaba un salto cualitativo", dijo a los medios de comunicación del Tenerife refiriéndose al potencial de la plantilla en la que se integra y también al club. "Eso es algo que he encontrado en el Tenerife", afirmó mostrándose agradecido al director deportivo Juan Carlos Cordero y a Fran Fernández, de quien destacó el nivel de exigencia que aplica en las sesiones de trabajo y en la competición. "Es muy exigente con la plantilla en el día a día. Pide mucha concentración y sacrificio, aprieta mucho", advirtió Pomares sobre un técnico que sabe extraer la mejor versión de sus futbolistas, siempre que estos respondan. "Es muy exigente en el apartado táctico", añadió Carlos. "Le gusta que las cosas vayan por el camino que predica", apuntó un jugador que se sintió "a gusto" con Fernández durante el ejercicio anterior.

Pasando del entrenador a su propia aportación, Pomares se definió como una persona "muy tranquila y muy normal, un chaval muy amigable" que intenta dejar "huella, sobre todo a nivel personal, que es algo muy importante, pero sin dejar de lado lo futbolístico". Precisamente, en el plano deportivo, garantizó "entrega en cada partido y profesionalidad".

A Pomares, el nombre de su nuevo equipo le sonaba a club grande. De hecho, compartió la "anécdota" de alguna tarde en la que, siendo "pequeño", acudió al estadio de Mestalla acompañado por su padre para ver al Valencia enfrentarse al Tenerife. "Es un placer pertenecer ahora a un club como este, tan grande y con tanta afición", admitió el lateral zurdo, deseando incorporarse a los entrenamientos pronto y conocer a los nuevos compañeros. "Me han hablado muy bien del vestuario y tengo muchas ganas de empezar. Afronto la temporada con la máxima ilusión posible", manifestó Carlos.

Se trata de un jugador que conoce bien la categoría en la que repetirá el Tenerife. De hecho, suma casi cien partidos disputados en una Segunda División "muy competitiva" y en la que "no se notan las diferencias entre los futbolistas". Con todo esto, opinó que la receta fundamental para no fracasar consistirá en tener "mucha concentración y sacrificio" y en cumplir el objetivo inicial, y compartido por casi todos los clubes, de asegurar la permanencia. "A partir de ahí, hay que sumar, porque esta categoría es muy dura", recordó.

Pomares no pasó por alto el f actor Heliodoro, ventaja que el Tenerife no podrá aprovechar hasta que no se autorice la presencia de espectadores en las gradas. El tercer fichaje del club ya sabe lo que es ser visitante en el recinto santacrucero, y se hace una idea de lo que sentirá teniendo el apoyo de la afición blanquiazul. "Va a ser una pena no poder empezar la temporada con gente en los campos, sobre todo en el Heliodoro, que es un estadio en el que la afición aprieta. Esperamos que, junto a los organismos competentes y siendo todos responsables, se pueda solucionar el tema del Covid-19 lo antes posible para que la gente vuelva a las gradas, porque a nosotros nos gusta sentirnos futbolistas y que el público nos anime y nos lleve en volandas. Así será más fácil lograr los objetivos", finalizó Carlos Pomares.