Giro tan inesperado como radical. Cuando todo indicaba que sería Julio Velázquez el sustituto de Rubén Baraja como técnico del CD Tenerife, el acuerdo entre el club blanquiazul y el técnico salmantino no ha llegado finalmente a rubricarse. El ex del Vitoria de Setubal era el elegido del director deportivo Juan Carlos Cordero, aunque faltaba la última palabra. Y esa aprobación final debía llegar por parte del presidente Miguel Concepción. De hecho, el máximo mandatario de la entidad chicharrera se desplazó ayer a Madrid para terminar de corroborar las buenas impresiones que le había trasmitido su subalterno.

Pero en el cara a cara que tuvo lugar en la capital de España, algo no convenció a Concepción. El dirigente palmero, tan poco dado a realizar valoraciones meramente futbolísticas más allá de lo superficial, sí se suele mojar cuando de quedarse con sensaciones se trata. Y Velázquez debió no convencerle como sí habían hecho ya otros entrenadores que han pasado recientemente por el equipo isleño. Ese sexto sentido del presidente blanquiazul obligaba a un cambio de rumbo.

Con una bala en la recámara dentro de la especie de cásting que Juan Carlos Cordero ha llevado a cabo en los últimos días, el CD Tenerife tiró de agenda y volvió a priorizar a Fran Fernández, el candidato que parecía mejor colocado hace unos días para hacerse con las riendas de la nave isleña. El almeriense sí pareció convencer a la cúpula del conjunto tinerfeñista, que en las próximas horas podría anunciar su fichaje. Pese a pregonar dos estilos futbolísticos con ciertas diferencias, el equipo insular mantiene fijo -tal y como ha hecho en la mayoría de sus últimos casos- el perfil de un técnico joven y con hambre. De hecho, la de Fernández sería su tercera experiencia en Segunda A, tras darse a conocer en el club de su tierra (fue décimo en la campaña 18/19) y no desentonar tampoco este curso con la AD Alcorcón, a la que tuvo prácticamente hasta el último suspiro con opciones de playoff. Salvo un nuevo giro radical de los acontecimientos, el anuncio oficial de su contratación debería producirse en apenas horas.