Tres goles, 935 minutos y la condición de príncipe del Carlos Belmonte. Su tanto de pena máxima ante el Cádiz en el 94' evitó el descenso. ¿Qué balance hace de su cesión en el Albacete?

Pues muy contento y feliz, al llegar a Albacete todo fue muy extraño. Parón por la pandemia y volver bajo unas condiciones peculiares por el protocolo sanitario. Jugar cada tres días...No terminábamos de arrancar, y llegó la salvación de penalti y en el último minuto. Eso es maravilloso. Difícil de explicar. Ese recuerdo me lo guardaré para siempre. Me acompaña toda la vida.

Para que luego digan que los cedidos no se comprometen. Usted puso todos sus arrestos desde los 11 metros en el Carranza. Fallar era la lápida...

Si por algo me he caracterizado como jugador en mi carrera es que lo dejo todo. Podré gustar más o menos, pero no me quedo con nada dentro. En Albacete, más de lo mismo. Seguramente en otros casos, un futbolista a préstamo pues no tomaría ese riesgo de lanzar un penalti en el que te juegas la salvación. A mí no me importó. Es más, buscaba eso: liderazgo, sentirme importante. Y lo he logrado.

Responsabilidad y frivolidad. Ante el Real Zaragoza -penúltima jornada del campeonato- batió a Cristian a lo Panenka. ¿En qué segundo se le ocurrió?

Lo había hablado con Dani Ojeda antes del partido, él había lanzado uno anteriormente y le dije: 'el próximo me toca a mí. Y que sepas que lo voy a tirar a lo Panenka'. Lo tenía en la cabeza, además sabía que Cristian es un portero ágil bajo palos, entendía que se movería.

En el Carranza no lo ejecutó...

Se me pasó por la cabeza pero pasaron muchos minutos tras el parón del VAR. Tenía al portero [Flere] diciéndome cosas, y me hizo dudar. Por suerte, tiré y entró.

¿Qué falló en el caso Fuenlabrada y la lluvia de infectados?

Nos pilló en Cádiz para iniciar el partido, fue una sorpresa.Viéndolo con perspectiva, la mayor cuota de responsabilidad es del Fuenlabrada ellos. Pero en nuestro caso, después de lograr el objetivo, es algo que me importa poco. Ya logramos el objetivo, y ahora que se arreglen los que tienen problemas como el Deportivo.A nivel sanitario, desearles a todos la recuperación.

¿Al Dépor le ampara la razón o es una pataleta, tras desperdiciar 41 jornadas para salvarse?

Cada uno trata de jugar sus cartas, bajan a Segunda B, un club histórico, y demandan una solución. Sinceramente no sé cuál puede ser la idónea. Entiendo que es una situación dramática, sobre todo por la grandeza y logros del Dépor. Pero es un descenso, es lo que toca.

¿Con qué expectativas vuelve a la UD Las Palmas?

Con las más altas, cuando firmé hace dos temporadas, las dos partes hicimos un gran esfuerzo. Luego tuve que operarme, las circunstancias que han jugado en mi contra. Tuve que salir. En un escenario normal, se me hubiese permitido triunfar. Pero no lo han hecho. Me fui buscando sentirme importante y revalorizarme. Demostrarme que puedo ser importante. Vuelvo a casa. Me restan tres años de contrato y tengo unas ganas locas de comenzar a trabajar. De pisar Gran Canaria y retomar el día a día.

¿Le han asegurado que jugará en la UD? ¿Al cien por cien? O eso hay que ganárselo en el verano.

El fútbol es tremendamente caprichoso, para bien o para mal. Nadie en el mundo del fútbol está asegurado, en ningún club tienes tu puesto sí o sí. Ni los jugadores del Real Madrid, por muy cracks que sean, pueden permitírselo. Igual en la UD Las Palmas. Evidentemente, yo quiero seguir y ellos quieren que siga de amarillo. Entiendo, que todo vamos en la misma dirección.

¿Sueña con marcar de penalti y a lo Panenka ante el Tenerife?

Es bonito marcar, ojalá lo pueda hacer en todas las jornadas.

Pocas oportunidades ha tenido de medirse al Tete con la UD.

Se dio en la primera vuelta de la 2018-19 [18 minutos en el Gran Canaria ante los tinerfeños]. Son partidos especiales y más para mí, que soy tinerfeño y juego en la UD. Encuentros señalados en rojo.

Le falta pisar el Heliodoro Rodríguez López de amarillo.

Sí, me falta jugar por aquí en casa ante el Tenerife. Ya se dará, somos dos equipos de la categoría. Seguro que se brinda la situación.

Usted siempre habló maravillas de su vecino Pedri. De chicharrero a chicharrero, ¿sigue sin perturbarse por su juego? Y eso que superó un bache antes del estallido de la pandemia.

No me sorprende en absoluto. Quizás al vestuario cuando llegó [julio de 2019], pero lo ves y percibes que es de otra pasta. Todo el mundo tiene altibajos, es un niño y ha tenido que lidiar con toda la presión mediática. Pero de cabeza, es un privilegiado. Ojalá triunfe en el Barça, está rodeado de dos personas maravillosas como son sus padres. Luego, atesora un talento solo al alcance de los elegidos. Es humilde y currante. Su entorno más próximo es su principal punto a favor.