En la última década, desde que el Tenerife perdió su condición de club de Primera División y siguió su camino por Segunda A, principalmente, y también por Segunda B, no se han dado muchos casos de futbolistas que hayan pasado de formar parte de la plantilla blanquiazul a dar el salto a la máxima categoría. El cierre de la temporada 2019/20 ha alumbrado una de esas excepciones, la de Luis Pérez, cuyo fichaje por el Real Valladolid fue confirmado ayer por la entidad castellana. El lateral firmó por tres campañas para unirse a un equipo que iniciará en septiembre su tercer curso seguido en LaLiga Santander y que fue decimotercero en la recién finalizada competición.

Queda por saber si, en lo resta de mercado de verano, Pérez es el único que hace ese recorrido. De momento, solo él ha podido cambiar de destino profesional teniendo en su mano la carta de libertad, dado que su contrato con el Tenerife se extinguió -después de ser ampliado unas semanas a causa de la interrupción de la Liga- justo tras el partido ante el Numancia. Si se produce otra salida, ya sería la de un futbolista con contrato. Y en esa situación, el que más opciones parece tener es Luis Milla, que ha sido relacionado con equipos como Valladolid o Granada. Pero la lista de pretendientes es mucho más larga.

Un caso diferente es el de Filip Malbasic, aunque, al igual que Luis Pérez, el serbio también jugará en Primera División en la campaña venidera. El delantero salió cedido en enero al Cádiz, con el compromiso de la entidad andaluza de hacerse con sus servicios de manera definitiva ejecutando una cláusula de compra obligatoria si lograba el ascenso a Primera. Una vez cumplido ese objetivo, el Cádiz confirmó el traspaso, con lo que Malbasic estará en ese escalón superior.

En temporadas pretéritas se produjo alguna que otra situación parecida, al menos en lo referente a la progresión del jugador en cuestión. Sin ir muy lejos, el canterano Jorge Sáenz fue comprado hace poco más de un año por el Valencia antes de cederlo por dos años al Celta, equipo con el que el central debutó en Primera División tras consolidarse en el Tenerife.

Otro producto local salió del representativo a la categoría principal un año antes. Con la Liga 16/17 empezando, el Éibar apuró el mercado de altas y bajas para pagar por el delantero Nano Mesa, quien a finales de septiembre de ese año marcó su primer gol en la elite.

Fue el arranque de un curso que terminó con la participación del Tenerife de José Luis Martí en la fase de ascenso; una Liga en la que destacaron el cedido Amath Ndiaye y el refuerzo de enero Gaku Shibasaki. Los dos se despidieron del club insular para hacer las maletas con rumbo a Primera, concretamente, al vestuario del Getafe.

La última década deja algún ejemplo más. Como el de dos tinerfeños que coincidieron en el ejercicio 2013/2014 como blanquiazules: Édgar Méndez se estrenó en Primera en la campaña posterior vistiendo el uniforme del Almería, mientras que Ayoze Pérez lo hizo viajando más lejos, a Inglaterra para labrarse un futuro en el Newcastle de la Premier.

Tres años antes se dieron hasta tres salidas de blanquiazules a Primera, las de Ricardo, Bertrán y Nino, todas justificadas por el descenso del equipo a Segunda B.