Con un mensaje "más tranquilo y abierto a todo el tinerfeñismo", Rubén Baraja publicó ayer una carta de despedida tras anunciar el lunes por la noche, una vez acabado el partido ante el Numancia, su decisión de no seguir en el Tenerife.

"Mi experiencia en la Isla ha sido enriquecedora", comienza diciendo el técnico, que no olvidará "la amabilidad de la gente" y "el apoyo, ayuda y generosidad de los tinerfeños".

Baraja recuerda que aceptó el "reto complicado de entrenar a un equipo con una gran historia, una masa social enorme y con gran exigencia, pero que atravesaba una situación muy complicada". Mirando atrás después de un tiempo "con una gran carga emocional por todo lo ocurrido en 2020", el vallisoletano se muestra agradecido "a todo el mundo" que contribuyó para que el Tenerife lograra una "permanencia de forma holgada", siendo además "el mejor equipo de la categoría en la segunda vuelta" y habiéndose quedado "a las puertas del sueño" de la participación en la promoción.

En concreto, Baraja da las gracias "a los medios de comunicación por, en general", ser respetuosos con su persona; a "todos los trabajadores" y a los "ejecutivos y directivos" del club, especialmente a los dos directores deportivos con los que trabajó, Víctor Moreno y Juan Carlos Cordero, dos "enormes profesionales". También menciona la "seriedad y apoyo" de Miguel Concepción y destaca el "compromiso" de los jugadores. "Y gracias a la afición por hacerme entender la grandeza del sentimiento del Tete".