La 20/21 será la cuarta temporada que Víctor Navarro haga de pareja en la cancha con la grancanaria Nandi Espino. Ella se convertirá en la tercera colegiada en la historia de la Asobal, liga huérfana de una trencilla desde la 13/14, la última de Ágatha Gracia. Ambos serán también la única pareja mixta. "Nos entendemos de maravilla", dice con orgullo el tinerfeño, que habla de su colega como una de las razones primordiales para su progresión en el mundillo arbitral. "Desde que empezamos nos dimos cuenta de que vemos el balonmano igual. Ella también fue jugadora [Calvo Sotelo, Ciudad de Las Palmas y hasta en el Somar en División de Honor] y tenemos carácter en la cancha, pero también somos dialogantes...", argumenta Víctor sobre su manera de ser. "En la mano derecha hay que tener el reglamento, y en la izquierda tacto y buen rollo con técnicos y jugadores", añade.

Es tal la simbiosis que se ha generado entre Víctor y Nandi, que el chicharrero no se ve pitando con otro compañero. "Ella tiene 42 años y hasta los 50 podemos pitar, pero si lo deja será complicado cuajar con alguien más", comenta al respecto. "Es difícil compenetrarnos como lo hacemos Nandi y yo. Creo que otras parejas no tienen nuestra relación. Con ella es muy sencillo todo, y gracias al carácter que tiene se gana el respeto fácilmente", se deshace en elogios Navarro hacia su colega.