El Tenerife no le encontró la vuelta al partido desde el principio. En la primera parte fue una sombra, no consiguió dominarlo más allá de un frío dato de posesión, pero sobre todo, no encontró su fútbol. Le faltó de todo, en especial profundidad. El empeño de Baraja con Lasure de interior en casa se explica mal. El equipo no hace daño por la izquierda y, además, la posición centrada de Bermejo, si bien enriquece los enganches con Milla y Aitor en el segundo escalón del juego, deja muy solo a Dani Gómez en la punta, donde atacó en desventaja contra las ayudas de los tres centrales que puso el Lugo en el campo, con Carlos Pita metido entre Peybernes y José Carlos. El Tenerife del primer tiempo atacó casi siempre por la derecha, pero tuvo menos ruptura de lo habitual. Javi Muñoz no va tanto en velocidad y Moore sube menos desde el lateral. La única producción cuantificable fueron dos disparos tibios de Luis Milla desde la frontal. El equipo no pudo ajustar la presión y le costó horrores recuperar la pelota en campo contrario.

La única acción clara de gol de esta primera mitad la desperdició el Lugo. Juanfran rearmó todo su equipo, con cinco defensas, dos volantes, un enganche y dos arietes. Puso en el campo de inicio a Barreiro y Cristian Herrera juntos. La idea para llegar al gol, que les cuesta muchísimo por abajo, fue el viejo recurso, muy de Cervera con Aridane y Ayoze Pérez. Jugó directo sobre el 1,92 de estatura de Manu Barreiro, que prolongó siempre de cabeza buscando la ruptura de Cristian entre los centrales. Dicho y hecho. A los 11 minutos, la pareja fabricó una clara ocasión que salvó Ortolá cuando el ariete grancanario lo encaró en solitario. Ese mismo recurso acabó siendo determinante, porque dio origen al primer gol visitante.

De resto, hasta el descanso, los gallegos las vieron venir, sacaron a sus carrileros en contadas ocasiones y terminaron sus ataques por afuera con centros simples. Habida cuenta la ocasión marrada de Herrera, el partido no podía, de ninguna manera, irse al descanso con otro resultado que no fuese el empate inicial.

La parte magra. Todo se fue agitando con las cosas puntuales que sucedieron en la segunda. El Tenerife quiso avisar de un cambio de intenciones desde la primera galopada de Milla en la acción inicial, pero el que desniveló fue el Lugo, en la acción explicada antes. Un saque largo de su portero lo cabeceó Barreiro, que siempre le ganó a Sipcic en esa acción, Lluís Pérez midió mal con Cristian Herrera, el grancanario encaró a Ortolá y lo batió cruzado. Era el 52'. El Lugo se tiró atrás. Baraja quiso arreglar su inexplicable planteamiento dando entrada a Joselu y a Elliot, pero lo que de verdad cambió el decorado fue la expulsión de Seoane (59'). Con un hombre menos, el Lugo se olvidó de 70 metros de campo, se hundió en su área y se encomendó al paso del tiempo. Baraja quiso poner énfasis en la superioridad numérica. Quitó a Aitor, llevó a Javi Muñoz al medio y colocó a Suso en el costado derecho. El equipo se transformó, recuperó la pelota con mucha rapidez, hizo ancho el campo y puso centros divididos una y otra vez hasta que encontró el empate. Álex Muñoz conectó con Elliot, el canterano puso la pelota en el primer palo por abajo y Milla entró en carrera para impulsar a la red (70'). El panorama se abrió para el Tenerife, que empezó a generar disparos (hasta 14), córners y ocasiones, la más clara fue el disparo de Suso al larguero (79') tras una cesión en el área de Dani Gómez.

Cuando más largo se le estaba haciendo el partido a los visitantes, el técnico local decidió volcar a los suyos, metió en el campo a Jorge, jugó con tres delanteros por dentro, cinco en total, y casi desbarató su propia zaga, cerrando con los dos centrales. Un resbalón de Álex Muñoz permitió a Álex López salir con campo al ataque, escorado a la izquierda, El Hacen, el hombre milagro del Lugo, corrió el campo y le ofreció una línea de pase para rematar a la red frente a Ortolá. Era el minuto 95'. Un castigo excesivo para el Tenerife, aún a pesar de que el equipo de Baraja fue siempre a remolque de las circunstancias, desde la pizarra....

Obviamente, esta es la crónica del partido, no de la temporada. Esa tendría una mitad elogiosa.