Nada es igual que antes de la pandemia. Los niños y niñas que participan del solidario campus que apadrina anualmente el futbolista tinerfeño Pedro Rodríguez han variado los hábitos y las costumbres. Ahora se toman diariamente la temperatura, forman parte de grupos muy reducidos y aceptan con resignación que cada mañana haya pausas para la desinfección del material y la limpieza de manos. "Todo sea por garantizar la seguridad", apostilla desde Londres el padre de la iniciativa. El día a día del prestigioso campus veraniego de la Fundación Pedro -ya van ocho ediciones- es una buena aproximación a la rutina que a partir de septiembre tendrán los menores canarios en sus respectivos colegios e institutos. "Son cambios sustanciales", explica Jaime González, portavoz de la organización.

Hubo un momento que los responsables del campus temieron por el aplazamiento o la definitiva suspensión, pero finalmente optaron por ponerse en marcha al ver que el avance de la desescalada ya era una realidad. "Pero con toda la prudencia", explica Jaime. Según dice, el propósito fundamental de mantener operativa este verano la actividad central de la Fundación Pedro "ha sido premiar a las familias y a los más pequeños". "Lo hacemos respetando todas las peculiaridades de la nueva normalidad; lo que no cambia es el espíritu deportivo del campus y el afán de diversión que traen todos los pequeños, pero en todo momento prima la prevención", expone.

Un simple vistazo a las nuevas actividades del campus confirma que casi todo ha cambiado en el campo de La Palmera, epicentro de la actividad. Ya no hay partidos de fútbol porque el protocolo sanitario lo impide. "Muchos niños nos preguntan por qué los profesionales sí y ellos no; y lo que respondemos es que Pedro en Londres tiene que pasar hasta tres pruebas por semana", cuenta el portavoz de la Fundación. Él mismo y el resto de monitores han tenido que someterse a exámenes PCR para garantizar la seguridad y la salud de todos los inscritos. "El protocolo sanitario que nos han marcado lo cumplimos a rajatabla", subraya.

Los entrenadores del campus de Pedro han sustituido los partidos de fútbol por otros "ejercicios competitivos y dinámicos, pero obviamente con un ratio reducido de menores por grupo". Así que las imágenes que deja cada jornada del campus, que se ha segmentado por semanas, son muy distintas a las de años anteriores. Hasta las ilustres visitas llevan mascarilla y dan toques al balón con la cara cubierta para evitar contagios. Estos días han pasado por el campus algunos exblanquiazules como Ayoze Placeres, que contó a los niños "cómo es la experiencia de enfrentarse a todo un Real Madrid en la Copa del Rey"; o Nau García, que les relató que el fútbol no acaba en la Isla y que él mismo tuvo que hacer las maletas para irse tan lejos como a la India. Pero las niñas prefieren a Cindy, del Granadilla, que ha enterrado con su propio testimonio la creencia de que en el deporte solo triunfan los hombres. "Fomentar la igualdad es una de las principales consignas que nos transmite nuestro presidente Pedro", afirma el organizador de su campus.

Un año más, el momento estelar para los menores inscritos es la videollamada con el futbolista del Chelsea y campeón mundial con la selección española. Esta vez con sorpresa, pues ha estado acompañado en alguna de ellas por el portero de su equipo, Willy Caballero. La diversión, el compañerismo y el entretenimiento forman parte del manual de estilo de este campus, pero lo que más llama la atención a los padres de los 'peques' es su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos. Y que no hayan perdido su espíritu solidario, pues Pedro beca cada año a un montón de niños en situaciones desfavorables para que ellos también puedan disfrutar del verano. "Se lo tienen merecido", asegura desde Londres.