A estas alturas de la competición, con solo tres jornadas por jugarse y con un tramo final de calendario tan apretado, Rubén Baraja considera que la respuesta de sus jugadores en partidos decisivos como el de hoy (20:45) en Santo Domingo no dependerá tanto de la preparación o del estado físico de cada uno, sino de la fe que tenga la plantilla en lograr la clasificación para las eliminatorias de ascenso.

"La parte física va a influir, pero todo va a estar en que creamos que tenemos posibilidades de conseguirlo", explicó el vallisoletano tras el entrenamiento que realizó el Tenerife ayer en El Mundialito, antes de viajar a Madrid.

Al respecto, aseguró que "el equipo está en un buen momento de confianza y de autoestima", y apuntó que el grupo necesita ahora "el empuje que dan la ilusión y la creencia en unas posibilidades".

Sin llegar a hacer cuentas, reconoció que el Tenerife tendrá que ganar los tres encuentros que restan para llegar al final con opciones de participar en las eliminatorias para subir de categoría. La suma de los tres puntos en Alcorcón le permitiría "seguir soñando con que los dos últimos partidos nos darán la posibilidad de pelear por un objetivo inimaginable en otro momento de la temporada".

Lejos de lamentarse por el reciente empate con el Zaragoza, Baraja insistió en que "mientras el equipo esté a dos puntos" del sexto clasificado "y tenga la posibilidad de estar entre los mejores", habrá que "creer en esa situación".

En la víspera de la visita al Alcorcón, recordó que el Tenerife aprobó en Cádiz o Almería la "asignatura pendiente" que tenía en los partidos a domicilio. "Nos quedan tres encuentros y dos de ellos son fuera, pero eso ya es lo de menos, porque nuestras expectativas no van a cambiar por eso, ya que no dependemos de nosotros".

El penúltimo reto del curso pasa por superar a un rival que "viene en una línea parecida" a la trazada por el Tenerife. "Ellos están persiguiendo el mismo objetivo", dijo el preparador blanquiazul, convencido de que "no es fácil cambiar de objetivo sobre la marcha" como ha hecho el Tenerife.

Tras celebrar el sábado su cumpleaños, confesó que "el mejor regalo" sería ganar en Alcorcón. No obstante, ya se siente "afortunado" por poder desarrollar la profesión que le gusta y hacerlo en "un gran club" como el tinerfeño. "Haberle dado la vuelta a la situación tiene un gran mérito y, lógicamente, este es un momento que voy a disfrutar porque tengo una buena edad (45 años), estoy creciendo y aprendiendo y tengo la posibilidad de hacer lo que más me gusta, que es entrenar, con el privilegio de hacerlo en un gran club como el Tenerife", concluyó Baraja.