Como si de un dogma de fé se tratara, Rubén Baraja ha repetido en numerosas ocasiones en estas últimas semanas que "cuando un equipo pasa por una buena dinámica, hay que aprovecharlo". Lo ha hecho con el firme convencimiento de tratarse de la vía más rápida para alcanzar el objetivo por el que fue contratado por Miguel Concepción, la permanencia virtual. Una afirmación que, más allá de los resultados -positivos-, se ha visto plasmada finalmente sobre el terreno de juego en estas seis jornadas disputadas tras la reanudación de la competición. Y es que el técnico vallisoletano no solo está explotando todo lo que puede y más a varios de sus jugadores -casi intocables en su once inicial-, sino que además apura lo posible a la hora de dar aire a sus pupilos mediante los cambios. Todo pese a que ha aumentado el número de las mencionadas sustituciones posibles (de tres a cinco), y que las mismas ganan en relevancia a tenor del corto espacio que existe entre partido y partido.

La mitad que el Dépor. Solo el Extremadura -al borde del abismo de la Segunda B- acumula menos permutas a lo largo de un partido y también suma menos minutos de sus suplentes, que los blanquiazules. En total, los reservas tinerfeñistas han tenido un protagonismo de escasos 431 minutos, prácticamente la mitad que el más prolijo en este aspecto, un Dépor (849) que el pasado martes demostró ser muy superior a los chicharreros en los segundos 45 minutos de juego del partido celebrado en el Heliodoro.

24 cambios de 30 posibles. En un único encuentro, contra el Fuenlabrada, agotó Rubén Baraja los cinco cambios disponibles, mientras que frente a Málaga, Racing, Mirandés y Cádiz realizó cuatro, quedándose en tres ante el Dépor. Y eso que el primero de ellos fue forzado, en el minuto 22 de partido, por culpa de la lesión de Dani Gómez. En total, 24 sustituciones sobre 30 posibles, una cifra en la que solo el Extremadura (402 minutos de sus suplentes) es más rácano con 19 permutas.

Y nunca antes del descanso. Estos guarismos se explican, en buena medida, por un patrón de actuación muy particular y prácticamente exclusivo en toda la Segunda desde la vuelta a la normalidad. Y es que el conjunto del Pipo es el único de la categoría que en estas seis jornadas -y salvo fuerza mayor por lesión- no ha realizado un solo cambio en el intermedio de los encuentros. Nada que ver con el Cádiz de Álvaro Cervera, que ya acumula ocho sustituciones aprovechando el descanso. Málaga, Almería, Dépor y UD Las Palmas suman cinco.

La mayoría, en el tramo final. Incluso se hace más patente dicha dinámica de Baraja al entrar en juego otro factor de extrapolación. Así, si se tienen en cuenta los cambios realizados una vez superado el minuto 80, el CD Tenerife acumula un total de 10 sustituciones, cifra solo rebasada por el Málaga, con 11. Tampoco varía en demasía la situación al contabilizar los suplentes que han ingresado al césped antes del minuto 60, únicamente tres: Nahuel y Javi Muñoz entraron en el 59 contra el Málaga; y este martes repitió Nahuel desde el 58.

Esperar por la continuidad. Por ahora la fórmula de Baraja ha deparado para el CD Tenerife poder llegar al objetivo principal, la permanencia, con un enorme desahogo. Una holgura que bien podría ser inversamente proporcional a la frescura de su plantilla. Ahora toca esperar para ver si la apuesta puede estirar su vigencia unas cuantas semanas más y da también para soñar con algo grande.