El Tenerife llega lanzado al partido que puede confirmarlo, ya sin disimulos, como aspirante al ascenso. El estado de ánimo se ha convertido en el motor de las dinámicas de los equipos. El Tenerife tiene su autoestima por las nubes: llega óptimo de confianza, de seguridad en lo que hace y de fe en sus posibilidades frente a cualquier rival. Esa es la cosecha que deja ganar tres partidos seguidos, que además se disputaron en solo seis días. Del domingo 21 en Santander al sábado 27 en Cádiz.

Baraja ha cuajado un equipo que tiene el mérito de haberle dado la vuelta al estilo de juego en medio de la competición y bajo la presión de estar coqueteando con la zona de descenso. Empezó jugado de manera combinativa con López Garai y, en el mismo curso, se ha adaptado a un estilo directo. De la acción a la reacción. En esta forma de jugar, gracias a los resultados, ha crecido cada jugador, y el bloque parece ahora un equipo capaz de todo. A seis jornadas para el final y con la permanencia virtualmente garantizada, el entorno tiene derecho a ilusionarse, aunque de puertas adentro, en actitud saludable, todos los mensajes invitanaa contener la euforia.

Un equipo hecho. Baraja apostó por consolidar el once insistiendo en su alineación antes de arriesgarse a perder el hilo a la competición rotando. Le ha salido bien. Hay jugadores que han estado en todos los partidos, y varios los han disputado completos, pero el trabajo está hecho. Cada previa se genera la duda sobre si estaremos ante el momento de repartir minutos. No parece que lo baya a hacer hoy, al menos de salida. Los cuatro del fondo están a un nivel altísimo, el equipo no pierde casi ninguna disputa de cabeza -el sábado el Cádiz remató solo un córner y con el partido casi acabado-, lo del medio se imponen en los duelos. Por afuera, Shaq se ha afianzado, ataca, defiende, asiste, varía el juego... En la izquierda hay más variantes, para cerrar el costado (Lasure) o para atacar por el (Bermejo). Los puntas atraviesan una fase de inspiración. Tiran pocas veces y meten muchos goles. Así las cosas, es difícil pensar en muchos cambios.

Cinco defensas. El Deportivo pierde a Montero, central izquierdo con futuro (cedido por el Atlético) y lo sustituirá el senagalés Abdoulaye Ba. Vázquez, un entrenador que compite como pocos en este tipo de fútbol, juega con 5 al fondo, con Bergantiños como líder entre los centrales. En el medio tiene estabilidad (Agbo) y salida (Vicente, aunque podría entrar Gaku); y en los costados, mucho peligro: Aketxe y su referencia en el gol, Mollejo (6). Es un equipo táctico y con jerarquía individual.