Tiene bastantes jugadores con contrato para el año que viene. Sin embargo, ¿esta fase ha dejado al descubierto que son necesarios más cambios de los inicialmente previstos?

Eso es complicado de concretar. Cuando el verano pasado tuvimos que cambiar todo el equipo hubo que reconstruir la plantilla al completo, y hemos sido cabezas de serie en la Copa, ganado la Copa Intercontinental, estábamos cuartos en la ACB en el momento de la suspensión, y a un solo partido de meternos entre los ocho mejores de la Champions. Creo que no se nos debe analizar por estos cinco partidos, sino por el cómputo general de todo el año. Claro que todos queremos más, pero para mí el resultado y rendimiento han sido muy buenos. Y de cara al futuro debemos ajustarnos al presupuesto que tenemos y una serie de normativas por jugar en la Champions y en la ACB. Trataremos de hacer la mejor plantilla posible para ser competitivos un año más. Queremos pensar desde ya en nuevos retos, y el más próximo es el tercer partido de la eliminatoria contra el Oostende para tratar de meternos en la Final a 8 de la Champions.

En estos posibles cambios de fichas, uno de los debes es mejorar el físico, su punto débil ante rivales de mayor entidad...

Para eso hace falta más dinero. Ese nivel físico solo lo tienen los clubes de Euroliga. Y un ejemplo es que en la liga regular perdimos con todos los conjuntos que la juegan. Esas exigencias están a otro nivel económico y que no está a nuestro alcance. Estamos muy contentos con el presupuesto que tenemos, y claro que nos gustaría hacer más, pero debemos adaptarnos a eso que tenemos.