Acabar, pero no hacerlo de cualquier manera. El Iberostar Tenerife, después de ceder en sus compromisos ante Unicaja y Baskonia, tiene la posibilidad, ante un equipo de su misma liga, de ganar para, recuperar las buenas sensaciones que venía teniendo en la fase regular de la Liga Endesa y, de paso, confiar en una carambola que le permita mantener la esperanza de meterse en las semifinales. El Retabet Bilbao Basket, que llega con peores registros a la contienda, será el rival a superar a partir de las 14:30 horas.

Más allá de hacerlo para no guardar la calculadora y seguir con vida en la presente campaña, el Iberostar Tenerife buscará a la hora de la sobremesa, y evitando cabezadas al inicio de cada uno de los parciales, un triunfo que le ayude a recuperar sensaciones. Sentirse capaz, el primer paso para cerrar el curso -con permiso de la Final-Eight de la Basketball Champions League- acorde al resto de la competición doméstica.

El crecimiento ha sido paulatino aunque no suficiente para evitar el blanco en triunfos. Las puntas de lanza aurinegras no están tan punzantes como antes, y el colectivo lo sufre. Más por mérito del rival -o permisividad arbitral- que por demérito de él, Marcelinho Huertas no ha estado en sus números, y eso condiciona todo lo demás.

Catorce puntos y diecinueve créditos de valoración podrían ser los réditos del playmaker en un solo encuentro, es más, ha igualado o superado dichas cifras en ocho ocasiones durante el presente curso; no obstante, los números responden a la suma de los dos duelos de la fase final. Unicaja y Baskonia, secando a Marce, han frenado a la mejor dupla canarista de la última década -Shermadini-Huertas-.

Más allá de la necesaria reaparición de Huertas, para superar al Bilbao Basket hace falta dominar la pintura. Los hombres de negro han demostrado sobradamente ser un equipo muy potente en el juego interior con figuras como los consolidados Ondrej Balvin y Emir Sulejmanovic, así como el hombre gorro, Ben Lammers; líder en tapones de la Liga Endesa 2019/20 con casi dos chapas (1,9) por encuentro disputado.

La defensa zonal (2-3), planteada por Txus Vidorreta en los dos anteriores partidos en vista de la diferencia física con su oponente, de reaparecer hoy, tendría que hacerlo sin dejar resquicios en los que la tendencia se repitiera y el conjunto de Álex Mumbrú pudiera meter el balón dentro.

La impronta del equipo bilbaíno hasta ahora ha sido la de entrar muy enchufados a los partidos, tanto que ha mandado en los primeros compases de ellos. Huella que contrasta con la tibieza de los primeros minutos del Canarias. El cuadro aurinegro tiene que salir a morder e imponer, ahora sí, su físico a un rival algo menos portentoso que los dos anteriores.

Después de no saber lo que es mandar en un tanteador desde que lo hiciera el pasado 8 de marzo en el Fernando Buesa Arena -ha ido a remolque en la fase final, salvo con un 5-5 y 9-9 el pasado viernes-, el equipo lagunero tiene que buscar la confianza en un parcial favorable. Crecer desde el acierto y no desde el error.

En cuanto a los jugadores disponibles, el Bilbao Basket no podrá contar con su base Thomas Schreiner, que se perderá el resto de competición por un esguince en la rodilla izquierda. Así, Mumbrú tendrá que abusar del uno galo Rouselle y tirar del joven Miguel Ruiz, que tan solo ha disputado cinco minutos en la presente campaña. Cabe recordar que el escolta Jaylon Brown, perfectamente adaptable al puesto de director de juego, se encuentra en la última fase de recuperación de su lesión en el quinto metatarsiano.