El paso al frente resultó en vano. El Iberostar Tenerife saldó de nuevo con derrota su segundo choque de la fase final, un tropiezo que deja mejores sensaciones (por el juego y capacidad de lucha de los aurinegros), pero también a los de Vidorreta al margen del precipicio en su propósito de jugar las semifinales por el título. La inferioridad física (que pagó en especial Marcelinho), una zona con mucha intención, pero que hizo agua en no pocas ocasiones, y la incapacidad de hilvanar varias acciones seguidas condenaron a los tinerfeños. Aún así, el Canarias no bajó los brazos (65-48) y tiró de orgullo para buscar lo que parecía una remontada imposible y que vio de cerca en varias ocasiones, la última de ellas, con 77-72, a medio minuto de la conclusión.

Se topó de entrada el Iberostar con lo previsto en el guion, un rival tremendamente físico e intenso, mordiendo en las marcas individuales casi desde medio campo, metiendo muchas manos en las líneas de pase e intimidando cerca del aro. La misma receta del duelo entre ambos de hace tres meses y medio. Se explica así que Huertas no estuviera cómodo con el balón (ante Henry en ocasiones más incisivo de lo permitido) y que le fuera imposible dar con Shermadini dentro de la zona; o que Salin no acertara en dos penetraciones seguidas.

Pese a que ya se le había hecho de noche, el escolta finés no cejó y firmó los cinco primeros puntos canaristas (5-5), lo que unido a la reedición de la zona 2-3 que tan buenos minutos le dio contra el Unicaja, el cuadro lagunero logró mantenerse en partido (9-9).

Pero también recuperó el equipo aurinegro parte de lo malo de su estreno. Principalmente algunos triples liberados, pero igualmente la incapacidad para un último esfuerzo defensivo que evitara varias canastas baskonistas sobre el reloj de 24 (17-9). Con Marce y Gio desconectados de nuevo, fue el debutante Zeisloft (seis puntos) el que sostuvo a los isleños (5/15 en tiros de campo), que apenas pudieron dar dos asistencias en los 10 minutos iniciales.

Vidorreta insistía con la 2-3, pero su defensa zonal comenzó a hacer aguas, en especial cada vez que el Baskonia logró meter el balón dentro. Desajustes y lagunas manifiestos traducidos en faltas (como las tres de Radoncic en menos de dos minutos) o en sencillas canastas (27-17). Con White de vuelta a la pista y Zeisloft como improvisado tres, el Iberostar logró al menos frenar la sangría e incluso amagó con meterse en encuentro: 30-24 y 32-26. Pero todo quedó en una intentona, ya que los tinerfeños, salvo esporádicas ocasiones, volvieron a enseñar manifiestas costuras cerca del aro.

Sin segundas ayudas, el Baskonia se puso las botas debajo del aro, con un Shegelia imparable (cinco asistencias al descanso). A ello se sumó una segunda unidad donde Álex López pasó por los mismos (o incluso más) problemas que ya había padecido Huertas. Entre los dos bases (y con Lundberg inédito) sumaban tres puntos y cuatro pérdidas, lo que unido a su 3/11 en triples justificaba el 44-33 del descanso.

Las tornas parecieron cambiar tras el intermedio gracias a un triple de Zeisloft (44-36). Mero espejismo ya que el Iberostar se empeñó en esquivar esa necesaria racha de tres o cuatro acciones positivas, por lo que el Baskonia mantuvo a buen recaudo su renta (50-38). Un par de apariciones de Shermadini y un 2+1 de White, en la primera ocasión en la que los laguneros pudieron correr, hicieron creer en la remontada (50-43).

Pero como 48 horas antes, al Canarias se le bajaron los plomos. Dejó escapar -casi inexplicablemente- varios rebotes bajo su aro, tampoco fue contundente en el tablero rival y permitió que los de Ivanovic corrieran. Primero para un 7-0 (57-43) y luego impulsados por Shengelia hasta el 65-48. Como ante el Unicaja el Iberostar tocó fondo. Muy dolorosamente. Pero en esta ocasión también muy pronto. Quizá por eso Vidorreta buscó un imposible tan complicado como inesperado por su ejecución.

Tras las enésimas fugas de agua anteriores en su zona, el técnico aurinegro dio entrada a Lundberg e hizo coincidir a Bogris y Guerra. Un quinteto inédito (con dos cincos en pista) y que tras varias acciones de aclimatación dio consistencia a la defensa isleña, a la vez que sumó desde el 6,75 (triples de Radoncic y Guerra). La actividad de Iffe y un 2x1 que Shermadini culminó en un mate alimentóaronla opción de la remontada (68-60), más aún con otra canasta del poste georgiano y un triple de Salin (70-65, 35').

Sin embargo, no hubo continuidad. Una pérdida de Salin, otra de Huertas, un triple forzado del finés y uno más errado por White dieron aire a los alaveses (74-65). La última intentona canarista se abortó con una absurda pérdida en saque lateral (74-68), un triple de Shengelia sobre el reloj de 24, y un lanzamiento de tres que no acertó Salin (77-72) con medio minuto por jugarse. La mejora fue insuficiente y llegó tarde. Ahora toca esperar una carambola.