Sin presión, pero sin renunciar a nada. Tras más tres meses de forzosa inactividad, el Iberostar Tenerife vuelve a la competición con la Fase Final de la Liga ACB. Lo hace para medirse al Unicaja, pero no en el lugar que le correspondía. Ni geográfica -debía afrontar la visita al Granca antes del parón- ni clasificatoriamente -era cuarto y ahora parte en las mismas condiciones que el resto- hablando. Sin embargo, los de Txus Vidorreta están a un breve suspiro de hacer historia. A cinco encuentros de alcanzar la que sería su primera semifinal, y a siete de optar al título de ACB, algo impensable en circunstancias normales.

La vuelta canarista llega cargada de incógnitas. Prácticamente las mismas que rodean a las otras 11 plantillas. La que mejor conjugue el periodo de confinamiento, las semanas de trabajo sin contacto y la ausencia de amistosos para testear la puesta en forma, tendrá mucho ganado. Y en este sentido el cuadro canarista cuenta con dos cosas a su favor: por un lado el haber tomado aire de un inicio de marzo al que los de Vidorreta habían llegado con el piloto rojo encendido tras sus derrotas contra el Baskonia y el Oostende. Y por el otro, no haber sufrido prácticamente contratiempo físico alguno de cierta relevancia en esta especie de pretemporada. Con la consabida baja de Santi Yusta, el técnico isleño dispondrá de sus 14 profesionales más el vinculado Alberto Cabrera. Todo apunta a que el canterano, Gielo y Zeisloft podrían ser los descartes para hoy.

El de esta tarde será el primero de los cinco duelos de la fase, y casi una final para los isleños, que se miden a un teórico rival directo por una de las dos plazas que dan derecho a semifinales. No valdrá, por tanto, especular pensando en posibles desgastes en los siguientes cuatro encuentros. De lograrlo sería, por tanto, una victoria con valor doble para los isleños. En frente un Unicaja remozado y que ha variado hasta cuatro piezas respecto al que los tinerfeños doblegaron con suficiencia en el encuentro de la segunda jornada. Guerra de guerrillas con nuevos peones para Casimiro que Vidorreta tratará de contrarrestar con su arsenal táctico repleto de tretas, aquellas que habrá tratado de perfeccionar en el regreso a las canchas tras la cuarentena. El mínimo detalle cuenta en una fase casi sin margen al error. En el Canarias lo saben y no quieren dejar pasar la oportunidad para asaltar una oportunidad única.