Se cumplen cinco años del ascenso del Granadilla Tenerife McDonald's -UDG Tenerife Egatesa- a la máxima categoría del fútbol nacional femenino. Por mucho tiempo que pase, aquella gesta obrada el 14 de junio de 2015 en la Ciudad Deportiva Luis del Sol permanecerá en la retina de los canarios. El 3-3 ante el Real Betis Féminas, tras un 3-1 en la ida, desató la euforia.

La proeza no solo supuso una hazaña en términos deportivos, sino sociales. El Tacuense abrió camino y el Granadilla terminó por romper el techo de cristal. Si bien es cierto que queda mucho trecho por completar, el equipo que recogió el testigo del extinto Charco del Pino puso en boca de la sociedad tinerfeña -y canaria- el fútbol femenino. Un ascenso de todos; sobre todo de aquellas futbolistas que tuvieron que conciliar jornadas asfixiantes de trabajo o estudio con su pasión: el fútbol.

El salto a la anteriormente denominada Superliga Femenina supuso abrir una tendencia en la que, de manera considerable -entorno a un 50%- han aumentado las fichas femeninas en los equipos de fútbol de Tenerife. Ellas han pugnado, sin decaer, porque las féminas en el balompié tengan un futuro profesionalizado, que no profesional.

Un once superviviente

Hace cinco años el técnico que se hizo eterno en la UDGT, Toni Ayala, sacó el siguiente once para afrontar el duelo por el ascenso: Pili, Natalia Ramos, Pisco, Laura, Cindy, Eva Llamas, Marilén, Silvia Doblado, Reichel, María José Pérez y Carla. En la segunda mitad ingresaron en el terreno de juego Ana González (53'), Tamara (70'), Deni (83') y Tibi (89'). Ocho de aquellas protagonistas continúan de blanquiazul.

Pili, Natalia Ramos, Pisco, Marilén, Silvia Doblado y Ana González siguen en el equipo que cumplieron un sueño, mientras, María José Pérez y Natalia Ramos marcharon al Levante, pero acabaron retornando para seguir en el club que ha marcado su carrera deportiva.

De hecho, las arietes de La Laguna y Granadilla -María José y Ana- fueron las autoras de los goles blanquiazules.

Cambio en sus vidas

Las ocho supervivientes de aquella hazaña lo tienen claro: fue un "sueño hecho realidad", empieza exponiendo Silvia Doblado. Para Cindy, tras cinco fases de ascenso, logró la meta que había anhelado desde hace mucho tiempo atrás. Las emociones emanan de su amiga y compañera de retaguardia Raquel Peña Pisco: "Fue uno de los mejores días de mi vida y de mi carrera deportiva; ese 14/06/2015 quedó grabado en mi piel -se lo tatuó-". La tinerfeña Marilén no duda y va más allá diciendo que fue "el mejor día" de su vida.

Las también jugadoras insulares María José Pérez y Natalia comentan que alcanzaron un "sueño" con un equipo canario, algo que resultaba "impensable", añade la zaguera de los Ramos que compartió gesta con su gemela, Noelia; cancerbera en la ida de la eliminatoria.

"Muchos otros equipos con plantillas muy potentes lo intentaron, pero no lo consiguieron. Fue un hito para el fútbol canario", señala la granadillera Ana González. Fe de ello da Pili: "Yo me quité las dos espinitas de no haberlo conseguido cuando militaba en el Tacuense".

A modo de conclusión, las ocho futbolistas refrendan que el ascenso a la élite con el Granadilla sigue siendo a día de hoy, el mejor momento como blanquiazules e, incluso, de sendas carreras deportivas. Silvia Doblado puntualiza que aún recuerda "aquel pitido final del partido" que les daba el ascenso.

Difícilmente equiparable

Lo grande de ese día se valora con el paso del tiempo y escuchando a las heroínas. "No cambiaría sumar un título por aquel ascenso", relata Ana. María José comparte la apreciación aunque, como su homóloga, no rechazaría el levantar un cetro. Pisco se suma: "Si me haces esa pregunta cuando tenía 17 o 18 años, te diría que se podría comparar con un campeonato de Liga o Copa; no obstante, y a día de hoy, lo vivido ese día no tiene igual".

Para el resto, jugar la Liga de Campeones Femenina -UWCL-, levantar un título con el equipo o la selección española se podría equiparar con la satisfacción del ascenso.

Fiel a la perseverancia que le ha caracterizado en una trayectoria marcada por las lesiones, Marilén firma "jugar y ganar la Copa de la Reina", es más, sostiene que para ella es un "sueño por cumplir".

El club mantiene la humildad

Pese a ser uno de los equipos con más nacionalidades distintas en su plantilla y contar cada vez con más recursos, las ocho futbolistas manifiestan que se alegran de que el Granadilla siga siendo un club "familiar y humilde". Para Silvia Doblado la mayor diferencia entre la entidad de 2015 y la de ahora es que "los rivales respetan mucho más" a la entidad que sigue presidiendo Sergio Batista. "Ahora se cuidan mucho más los detalles", "Luchamos por seguir siendo humildes; ese es el carácter de las guerreras", se suceden Marilén y Pili. "Ojalá podamos seguir avanzando como una familia", apostilla Natalia Ramos.