Casi cien días después, el Tenerife entra en juego. Ni siquiera un amistoso hasta ahora desde el final del encuentro del 8 de marzo contra la Ponferradina en el Heliodoro. Meses de confinamiento, semanas de restricciones en el trabajo, días de incertidumbre hasta llegar a la cita de esta tarde en el Fernando Torres de Fuenlabrada.

Han pasado 96 días desde el último partido, casi el triple del período convencional de vacaciones cada verano. Por eso, la activación de todos los aspectos que influyen sobre el rendimiento individual y colectivo de los jugadores es la principal tarea de los técnicos, que necesitan hilvanar otra vez los mecanismos de un equipo que ni siquiera tiene referencias conocidas enfrente. El Tenerife se mide a un rival que estrena entrenador, de manera que ni el propio equipo fuenlabreño tiene un punto de partida para saber cómo va a funcionar esta tarde y en adelante.

Otra cosa es cómo estaban ambos conjuntos cuando tuvieron que parar. En marzo, Fuenlabrada y Tenerife observaban trayectorias opuesta. Los madrileños suman 13 partidos consecutivos sin ganar. No lo hacen desde el 1 de diciembre del año pasado, cuando se impusieron al líder Cádiz (1-0). La caída desde la zona de playoff ha sido vertiginosa. Eso le constó el puesto a Mere Hermoso, que ascendió al equipo el año pasado y lo mantuvo entre los seis primeros durante más de seis meses.

El problema del Tenerife es la necesidad de adaptarse a la propuesta del rival sobre la marcha, porque se intuye que del fútbol directo, con las recepciones de Nteka en ataque para esperar la incorporación de los volantes, el Fuenlabrada va a pasar a un juego más elaborado, como corresponde a los antecedentes de José Ramón Sandoval en el fútbol profesional. Baraja, por su parte, dijo ayer que tiene claro el equipo. No parece difícil intuir al menos ocho o nueve jugadores fijos. No estará Aitor Sanz, sancionado por amonestaciones, y su lugar podría ocuparlo Undabarrena. Queda por descubrir quienes forman en los costados ofensivos, porque Shaq Moore y Suso tienen las mismas opciones en la derecha, de la misma manera que Nahuel y Bermejo compiten de igual a igual en la izquierda. Los demás son los que se han afianzado en el once en esta notable racha de resultados del equipo, que comenzó en enero ante el Albacete. Llegó la hora.