Otro paso más al frente en el cuarto día de trabajo. Con la Ciudad Deportiva de Tenerife Javier Pérez como escenario -el mismo de los tres días previos-, la plantilla del CD Tenerife llevó a cabo este martes una nueva sesión de entrenamiento de cara a recuperar la normalidad futbolística lo antes posible. Lo hizo el conjunto de Rubén Baraja de manera individualizada en una práctica en la que los blanquiazules dejaron patente su capacidad para aumentar el ritmo de manera progresiva tras casi dos meses de confinamiento.

El entrenamiento arrancó con un calentamiento de movilidad dinámica y unos ejercicios técnicos con balón. Todo antes de una series de carrera y tareas técnicas con golpeos a corta y media distancia a miniporterías. Finalmente se llevó a cabo un circuito de fuerza compensatorio, con los guardametas en la misma dinámica: trabajo de fuerza y luego trabajo específico de portería. Todavía poco protagonismo del balón, que hoy podría adquirir ya algo más de relevancia en una sesión programada para las 9:00 horas, también en el recinto de Geneto.

Entre la casi treintena de jugadores que ha regresado al trabajo específico se encuentra Ignacio Otaño, guardameta del filial pero habitual casi todo el curso en el día a día de la primera plantilla e incluso convocado en varios encuentros ante la baja por lesión de Dani Hernández. "Este era el paso que quería dar, hacia el profesionalismo y el mundo del fútbol de verdad; es un plus que a todo futbolista le gustaría sentir", señala el vasco en una entrevista a Mundo Deportivo. En ella también se le cuestiona por su futuro más inmediato. "Se me ha acabado ahora el camino del filial", apunta a causa de la edad (25 años), por lo que debe optar entre salir cedido (le queda un curso más de contrato), o ser, seguramente, el tercer portero del primer equipo, algo que no le convence. "Me centro en lo mío, me dedico a entrenar y lo primero es acabar la temporada y que todo vaya bien", explica el de Azpeitia.