Contenta, pero sin lanzar las campanas al vuelo. Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), se congratula de que su sector vuelva a caminar, aunque dicho movimiento se realice con pies de plomo. "Es una gran noticia el poder volver el lunes a los entrenamientos, pero no estoy en condiciones, ni de lejos, de decir cuándo será el primer partido", así se expresó Lozano ayer, también satisfecha por haber logrado un acuerdo entre LaLiga y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

La máxima responsable del CSD reiteró que el protocolo, "ya aprobado por Sanidad", y por el que se da luz verde a la vuelta a la actividad, se conocerá "en los próximos días", pero igualmente dejó claro que "la incertidumbre" que genera esta pandemia podrían obligarle "a tomar decisiones sobre la marcha" en función de la evolución de la misma, según reconoció en una entrevista telemática con el diario As. Lozano también puso como responsabilidad de las ligas profesionales correspondientes el "prever las medidas oportunas", si las fases de la desescalada no afectan por igual a todos los equipos.

Lozano fue cuestionada además sobre qué ocurriría si, durante la vuelta a la normalidad, se produce un positivo en alguna plantilla. "Si hubiera un caso, se le aislaría y se harían los controles a esos grupos pequeños. El riesgo cero no existe. Hemos tratado de prever esos riesgos y tener claro cómo actuar", expresó. Sobre las consecuencias que la Covid-19 dejará en los aficionados, la presidenta reiteró las limitaciones de afluencia en las instalaciones deportivas. "Hasta que no haya una vacuna o un tratamiento eficaz, no volveremos a ver los estadios llenos. Y eso parece claro que no ocurrirá a corto plazo", dijo.

Reconoció la presidenta del CSD que los profesionales de deportes no tan mayoritarios se podrían encontrar "con ciertas restricciones", un aspecto que tratará de solucionar mediante "una reunión el lunes con las comunidades autónomas". Para Lozano no hay discriminación respecto al fútbol y el baloncesto, porque son "sus clubes los que asumen una gran responsabilidad al cumplir con las exigencias del protocolo, que son muy elevadas".