La Liga de Fútbol Profesional ha adelantado a sus clubes afiliados la liquidación del contrato de televisión correspondiente al mes de mayo. Son cantidades parciales, a modo de anticipo, que permiten a los clubes alimentar su tesorería en una etapa en la que el resto de ingresos directos están congelados. Si la situación se normaliza, no será este el último pago, porque los clubes deben recibir todavía, en julio, la cantidad final correspondiente a junio, en una liquidación que se ajusta en función de la lectura de otros parámetros, analizando datos de cada equipo durante la temporada, lo que LaLiga denomina implantación social.

A estas alturas, aunque se haya manejado la fecha del 4 de mayo como posible meta para reanudar los entrenamientos, los clubes siguen sin tener certeza de cómo proceder, porque la voluntad de la patronal está sujeta a las decisiones que tome el Gobierno en el desarrollo de lo que se ha dado en llamar desescalada del período de confinamiento. Ayer mismo, esa meta se alejó con la decisión del Ejecutivo de aplazar el final de este período hasta el 9 de mayo. La expectativa genera dudas. Nadie sabe si el dinero anticipado por LaLiga tendrá que ser devuelto por los clubes; es una opción, porque la vuelta del fútbol sigue sin ser algo más que un deseo. No se pueden manejar garantías.

Javier Tebas ya ha admitido que el organismo que preside ha cobrado el total del contrato de televisión, suscrito con Telefónica y Mediapro, correspondiente a la presente temporada. La estimación de Tebas es que si no se pudiera volver a jugar, LaLiga tendría que devolver a los operadores un 18 por ciento de los derechos, que tiene un montante de 1.140 millones de euros por cada una de las temporadas, hasta 2022.

Protocolo "reforzado". LaLiga reunió el jueves a todos sus afiliados y se expusieron planes con fechas para la vuelta a los entrenamientos. La diferencia de este protocolo, que ya obra en poder de los clubes, con otros anteriores es tiene como sustento el respaldo del Consejo Superior de Deportes. Tebas ha dado el paso convencido de que sus planes van a recibir la oficialidad de las autoridades. La comentada fecha, el 4 de mayo, queda ahora en el aire una vez se ha ampliado el confinamiento general en el país. O sea, que el regreso a los entrenamientos podría demorarse una semana más de lo previsto.

Ese retorno a la actividad estará sujeto a un plan de cuatro estaciones, que comenzará con la realización de tests a todos los miembros del club, antes de que los jugadores puedan desarrollar sesiones de carácter individual. Cuando entren en escena los ejercicios en grupos de seis, los futbolistas deberán acceder a las instalaciones con un intervalo de tiempo (de 15 minutos) con el fin de no cruzarse con sus compañeros de otros grupos. A solo 15 días del primer partido (LaLiga maneja la idea de que la primera jornada coincida con el primer fin de semana de junio), los futbolistas pasarán un segundo test, para trabajar ya en grupos de ocho futbolistas y también por turnos. LaLiga recomienda a sus clubes afiliados que realicen una concentración. En el último tramo de la pretemporada, las plantillas estarían aisladas, en régimen de concentración, para facilitar la tarea de LaLiga de repetir los controles con nuevos tests.

En los casos específicos de Tenerife y UD Las Palmas, hay otros interrogantes que no quedan respondidos en el citado protocolo, como la organización de los viajes, que si LaLiga mantiene la teoría de apurar el calendario con partidos cada tres días, serán prácticamente cada semana.