Capacidad de adaptación al cambio y autonomía para resolver vicisitudes. En el ADN de los 'riders' va grabado a fuego lo anterior, y es que cuando te enfrentas a senderos, trialeras, peraltes y saltos mientras desciendes una montaña a toda velocidad, estás obligado a no verte sorprendido por cualquier piedra que se cruce entre tu cubierta delantera y el trazado. Edgar Carballo, tinerfeño y uno de los mejores en las modalidades de descenso y enduro en el territorio nacional, ha agarrado bien el manillar y no se ha amilanado ante el confinamiento.

Lejos de caer en la lamentación que supuso la interrupción de la temporada 2020, se puso manos a la obra. Para la mayoría de 'mountain bikers', como deportistas no profesionales que son, y salvo casos excepcionales, tener jardines y gimnasios profesionales en sus domicilios es una utopía. Exceptuando un rodillo para bicicleta y una 'fitball' -pelota de pilates-, Edgar Carballo no contaba con material deportivo para mantener su forma física.

El arafero no tardó en encontrar fortalezas donde todo parecían debilidades. 'Eddy' aprovechó una tabla de madera y un manillar para crear un instrumento que permite emular algunos de los movimientos que se hacen en descenso y enduro. Además, y para trabajar la fuerza con lastre, hizo una barra con peso. Para ello utilizó dos garrafas de ocho litros que llenó de tierra y unió mediante un travesaño de metal. La inventiva y la naturaleza, el mejor aliado en la rutina de un campeón como Carballo.