Los clubes profesionales de fútbol ya saben que no habrá manera de contrarrestar esta anormalidad si acaso vuelve a haber Liga. Los sucesivos contactos telemáticos de los responsables de la patronal con los equipos han servido para que de puertas adentro se manejen pautas de reanudación que no son nada favorables. Habrá alrededor de dos semanas de pretemporada, después de dos meses parados. Hoy se cumple el final de la primera prórroga y está anunciada la segunda. En este escenario, las plantillas no volverán a tener contacto con los terrenos de entrenamientos al menos hasta el 10 o el 11 de mayo, siempre y cuando se permita la incorporación de los grupos al trabajo, con las condiciones especiales que ya se han publicado. La intención de poner la competición en marcha a finales de mayo o el primer fin de semana de junio deja a los entrenadores y, en especial a los preparadores físicos, sin tiempo material para poner a sus equipos en condiciones óptimas para competir. Basta una comparación de datos.

En verano pararon solo 31

El período de vacaciones del Tenerife el pasado verano fue de 31 días. Los jugadores dejaron de entrenar el 9 de junio y no regresaron hasta el 11 de julio, para empezar por grupos los entrenamientos. López Garai y su cuerpo técnico dispusieron de 37 días de entrenamientos para afrontar el primer partido oficial, el 17 de agosto en Zaragoza. Más de un día de entrenamiento por cada día de descanso, con la peculiaridad de que ese descanso, las vacaciones de un mes, fueron abiertas, los jugadores dispusieron de la posibilidad de hacer deporte en distancias largas.

Ahora, no. La situación presente implica que los futbolistas solo van a poder entrenar alrededor de 15 días -depende de la fecha exacta de reinicio-, tras haber acumulado 58 días en casa, tratando de mantener un mínimo de trabajo físico, pero sin hacer el tipo de entrenamiento que les va a requerir la competición. Serán 15 días contra 58, casi la cuarta parte del tiempo perdido. No es de extrañar que los profesionales empiecen a avisar del tipo de partidos que vamos a ver. Paco Jémez, técnico del Rayo Vallecano, dijo hace unos días que nos espera un final de Liga de "solteros contra casados", aludiendo al bajo ritmo que va a caracterizar la competición que, como añadido, se va a jugar cada tres días. El doble de esfuerzo, con una cuarta parte de preparación, aunque solo quedan once jornadas por delante. Los promedios asustan. Parece claro que es el tiempo de las plantillas, más que el de los equipos.