Como sucede con la ACB, los integrantes de la Liga Femenina aguardan una decisión por parte de la Federación Española (FEB) para saber si volverán a jugar o no este curso. Entre aquellos clubes a los que no les queda otra que esperar con los brazos cruzados, el CDB Clarinos. La entidad lagunera hizo los deberes antes del inesperado parón, por lo que quizá es de los menos impacientes. Aún así, en el seno del conjunto morado les gustaría tener una respuesta lo antes posible. "Todos los clubes estamos igual, con jugadoras que se han ido y que no sabemos si vuelven", declara su presidente Claudio García del Castillo, que casi se resigna ante una situación "que parece va para largo".

El dirigente del Clarinos no se atreve a pronunciarse sobre el futuro de la competición, ya que "a veces piensas que es mejor que todo se acabe porque el confinamiento igual no termina hasta mediados de mayo, pero en otros momentos quieres creer que la pandemia pasará y se podrán jugar los encuentros que restan". Una disyuntiva en la que también se mueve la FEB, "seguramente condicionada por varios factores". Uno de ellos podría ser el "tratar de ver lo que acaban decidiendo otras competiciones como el fútbol profesional o la ACB", si bien García recuerda que en medio "se mueven una serie de alicientes que poseen los clubes, caso de ascensos y descensos". En resumen, para el presidente del Clarinos "la FEB está secuestrada por una serie de intereses" que quizá demoren su postura final.

Cuestionado por cuál sería su posicionamiento, García habla de un panorama "complicado" a nivel global, en especial en caso de no volver a jugar más este curso. "Al menos nosotros ya tenemos salvada la categoría, nos encontramos en una posición bastante digna y lo único que nos podríamos jugar de más es conseguir una plaza en competición europea; no nos pondríamos a patalear si fuera así", especificó sobre sus intereses particulares. ¿Y sobre la composición de la Liga Femenina Endesa? "Dicen que igual no baja nadie porque los clubes no querrán, sino que suben dos; pero es que conformar una liga de 16 equipos también supondrá luego más gastos", explica.

Quizá por eso, "lo más sencillo y lo que contentaría a todos" sería "volver a jugar". Pero el asunto es cómo. Primero por la disposición de las jugadoras. "Algunas de las nuestras todavía están por aquí y otras [caso de Tanaya Atkinson] se han comprometido a volver, pero eso es algo que lo veo complicado tal y como está la situación en países como Estados Unidos, o simplemente lo difícil que resulta viajar. Si no, pues jugaríamos con lo que tenemos", argumenta el presidente del Clarinos.

El otro handicap a salvar sería el logístico. "Nosotros tenemos todavía dos desplazamientos", recuerda García, partidario de "jugar esos dos encuentros en un mismo viaje". Lo que no convence al presidente de la entidad cestista es adoptar un posible sistema de concentración. "¿Dónde metes a tanta gente? ¿Quién asume esos gastos tan elevados? Porque estaríamos hablando de una concentración de dos o tres semanas como mínimo. Lo veo bastante complicado", expresa Claudio. Sería la guinda a un año que califica como "un verdadero tormento" y sin parangón después de tanto tiempo metido en el mundo de la canasta.