Este Viernes Santo se cumplirá el primer mes sin que ruede el balón en el fútbol español, el primer mes sin liga, y lo hace con los responsables de los despachos enfrentados aunque abocados a buscar puntos de encuentro para, cuando las autoridades sanitarias lo permitan, encontrar una solución al futuro de las competiciones.

La pandemia del coronavirus ha situado a España, como a todo el mundo, en una situación de grave crisis. Al fútbol obviamente también y la salida se antoja complicada pero exige a todos los actores capacidad de entendimiento.

El último partido en la máxima categoría del fútbol español se disputó el pasado 10 de marzo. Fue el partido aplazado de la vigésima cuarta jornada Eibar-Real Sociedad. Se jugó ya a puerta cerrada ante la expansión del virus.

Bajo la dirección del colegiado madrileño Carlos del Cerro Grande, el duelo guipuzcoano se resolvió en un ambiente desolador, sin el calor del siempre animoso público eibarrés.

El conjunto de Imanol Alguacil se llevó el triunfo por 1-2 con goles de Mikel Oyarzabal y el brasileño Willian Jose, con lo que accedió a la cuarta plaza y por lo tanto a la zona Champions, pugna que estaba más que cerrada. Tanto o más que la lucha por el título que tan solo dos días antes havía vivido el relevo en la cabeza por la derrota, el domingo 8 de marzo, del Real Madrid en el Benito Villamarín ante el Betis (2-1) y el triunfo el sábado 7 del Barcelona precisamente ante el cuadro donostiarra (1-0).

Ese partido a puerta cerrada de Ipurúa es la referencia más próxima del torneo español y el gol de penalti del hispano-brasileño Charles, delantero del Eibar, el último tanto.

Es el último contabilizado de los 685 anotados esta temporada de LaLiga Santander. Quedan once jornadas por delante. El confinamiento de momento se ha llevado por delante tres. Partidos como el derbi Sevilla-Betis o Athletic-Atlético de Madrid de la vigésimoctava, el Real Madrid-Valencia de la vigésimo novena, Sevilla-Barcelona de la trigésima, como duelos más sobresalientes, han quedado postergados, como pasará con las próximas jornadas e incluso con la final de la Copa del Rey entre Athletic y Real Sociedad que estaba fijada para el sábado 18 de abril en el estadio sevillano de La Cartuja.

Se llega al final de este primer mes de parón sin certezas de futuro en cuanto a la resolución competitiva. El panorama está pleno de incógnitas por resolver, con todos los escenarios posibles abiertos. Nada está descartado pese a la intención prácticamente unánime de que se logre acabar la temporada en el césped.

La cuestión es cuándo y cómo. Y ahora mismo, a la vista de la situación generada por la pandemia, y a la espera de que la evolución de la misma lo permita, resulta imposible aventurar o asegurar nada. Los cálculos, las opciones son innumerables, todos válidos y todos (im)posibles.

Ha sido un mes para el fútbol, como para el resto de los ámbitos de la sociedad, de una dureza extrema, de pérdida de seres queridos, de miles de contagiados, pero también de volver a exponer que en los despachos las divergencias son notables.

Tras las distintas reuniones y conversaciones entre LaLiga, Federación y Asociación de Futbolistas así ha quedado reflejado. Cada uno defiende su postura, sus planteamientos. Pero el fútbol español, por encima de disputas, necesita una entente para encontrar el camino. Limar diferencias y encontrar las vías de solución es imprescindible.

Como no podía ser menos, en el panorama global de crisis, la situación económica de los clubes se ha visto notablemente afectada. Los ERTEs, medida recomendada por LaLiga, han ido cayendo. Unos más pronto, otros más tarde.

Así las cosas, tras un mes de confinamiento del balón, no solo las cuestiones meramente competitivas abren un panorama incierto, sino también las jurídicas y económicas.

Lo mejor ha venido desde todas esas iniciativas, ya fueran privadas o institucionales, benéficas. El fútbol no le ha fallado a la sociedad en este momento en el que la salud sí que es lo más importante. Y será la que dictará, bajo los dictámenes de las autoridades sanitarias, cuándo, cómo y con qué instrumentos se encara el futuro.