"Lo último que nos habían dicho era volver a jugar el 15 de abril, pero ya no será así...". Son las palabras de Alejandro Martínez, el técnico tinerfeño que ejerce desde hace un mes -los 15 primeros días en cuarentena y atiborrándose a "ver partidos de la liga"- como ayudante de los Liaoning Flying Leopards, ahora mismo tercer clasificado de la CBA china. Una competición parada desde "el pasado 20 de enero" por culpa del primigenio brote del coronavirus, y que, a día de hoy, desconoce aún cuál será la fecha en la que echará a andar para completar "los 16 encuentros" que restan "de liga regular y todo el playoff". Una incertidumbre que bien podría calificarse como paradójica, toda vez que en Shenyang la vida "va recuperando su normalidad" e incluso el propio equipo al que entrena Martínez ya se ejercita desde hace un par de semanas.

Una vuelta a la actividad deportiva ahora mismo sine die a causa de una situación de prevención que, de extrapolarse a España, bien podría significar que el regreso a la competición esta temporada, en especial para las competiciones profesionales de fútbol y baloncesto, se tornaría en un propósito casi quimérico. "La CBA desea reanudar la liga, pero lo que aquí sería el equivalente al Consejo Superior de Deportes, no", explica Martínez, que solo puede expresarse por lo que le llega en forma "de rumores; lo único que hay". "Se habla de una reunión el día 20 de este mes para tomar una decisión, pero a la vez la liga se ha comprometido con nosotros a darnos, al menos 20 días antes de volver a jugar, el calendario de jornadas que restan, por lo que la fecha de arranque del 1 de mayo ya no sería válida", explica el preparador excanarista.

Más margen de maniobra

Martínez, como el resto de deportistas implicados en estas restricciones originadas por la pandemia, se lo toma con paciencia. En parte porque ya mata el gusanillo "entrenando dos veces al día" e incluso empezando a "hacer algo de vida social", como la que pudo tener estos tres últimos días: "Se le dio libre a los jugadores el fin de semana porque ver cómo había otro aplazamiento minó en la ilusión que tenían". Y también porque en China el margen de maniobra es mayor. Tanto por el desarrollo de la Covid-19 como por las fechas del torneo cestista. "La idea, hasta el último retraso, era acabar el curso a finales de julio; en septiembre se volvería a entrenar y en noviembre arrancaría la siguiente temporada", expone Alejandro.

Una reubicación del calendario que se antojaría casi imposible en países como España. Por limitación de fechas futuras, pero sobre todo porque el proceso drástico de restricción comenzó aquí casi dos meses después de que lo hiciera en el país asiático. "Una de las claves es que se empiece a jugar China, porque el volverlo a hacer y la manera en la que lo haga será lo que dará una idea de cuánto tiempo tendrá que pasar en el resto de sitios. Todos los países, a nivel sanitario, están yendo a rebufo de China, y supongo que en recuperación también será así; desde la vuelta al colegio de los niños que aquí se producirá en una semana, como la celebración de eventos y la de los encuentros deportivos", pone sobre la mesa Martínez.

Tal y como sucede en China, sabe Martínez que en España también entrarán en juego aspectos como "los patrocinadores, las taquillas, los contratos de los jugadores que igual hay que renegociarlos...". Argumentos que pueden invitar a apretar a las partes implicadas para volver a jugar, ya sea "a puerta cerrada, con un aforo máximo muy limitado, o por concentración en dos ciudades diferentes", comenta Martínez, en base a rumores, sobre unas fórmulas de escape que también han sonado ya para Europa.

Cuidado para evitar lesiones

Pero la influencia de lo monetario en su querencia por volver a la actividad no puede dejar en un segundo plano la salud de los protagonistas. Ni aquella directamente relacionada para evitar contagio alguno, ni la física de los jugadores. Y ahí es donde Martínez ve aún mayores trabas para el retorno competitivo. "Nosotros estamos entrenando, por lo que los 20 días de margen con los que nos van a avisar serían suficientes", comenta Alejandro que, sin embargo, no ve una situación paralela en países como España. "Si lo extrapolamos a Europa, estar parados casi dos meses y medio o tres supone casi más tiempo que cuando están de vacaciones en verano; y en ese periodo se hacen pretemporadas de entre cinco y siete semanas", cuenta el técnico, que prioriza el "tener mucho cuidado para evitar lesiones".

Luces y sombras en medio de una "situación desconocida para todos" en la que Martínez prefiere optar por la prudencia y la cautela más extremas. "Veo complicado que las ligas se reanuden, al menos en las fechas que plantea China. No creo que Europa esté operativa antes de finales de junio o comienzos de julio, y si además no se toman las medidas oportunas a lo mejor en enero nos vemos con el mismo problema", trata de vaticinar, desde la distancia, el técnico. "Pero no soy epidemiólogo, ni político; solo comparo viendo fechas de un lugar y de otro", aclara. Mientras van pasando los días de una ya eterna cuarentena, a España no le quedará otra que seguir mirando a China, y su paulatina vuelta a la normalidad, para hacerse una idea de qué será de la temporada 19/20.