Erik Expósito (23/6/1993) es uno de los muchos tinerfeños a los que la pandemia del coronavirus ha cogido fuera de su tierra natal, alejado de sus familiares.

Natural de La Laguna, con su familia residente en La Cuesta, Erik comenzó a dar los primeros pasos en el mundo del fútbol en el Unión La Paz, para continuar sus inicios en el Verdellada hasta llegar al Barranco Hondo en edad juvenil. De ahí pasó al Lorquí, de Murcia, donde completó una gran temporada y llamó la atención del Málaga, club que lo fichó estando todavía en la etapa juvenil. Luego se produjo su pase al Rayo Cantabria, donde jugó una temporada tras firmar por la UD Las Palmas para incorporarse a su filial y competir en Segunda División B. Su notable rendimiento a las órdenes de Juan Manuel Rodríguez le abrió las puertas del primer equipo amarillo. Al término de la campaña 2018/2019 no alcanzó un acuerdo para renovar su contrato y recibió una oferta para jugar en Polonia, en la Liga Ekstraklasa, con el Slask Wroclaw, con el que firmó por tres años. Erik estaba destacando en el curso 2019/20, con seis goles y con su equipo situado en el cuarto puesto de la clasificación después de 24 jornadas celebradas.

En el Slask Wroclaw valoran de manera muy positiva la aportación del tinerfeño y sus dirigentes están dispuestos a ampliar la duración de su contrato. Las cosas le van bien en Breslavia, ciudad en la que vive junto a su novia, mientras mantiene el contacto con su familia residente en La Cuesta. De esta manera sigue las noticias que le llegan desde España relacionadas con la crisis del Covid-19. "Estoy muy apenado por todo lo que está pasando en el país y, sobre todo, en Tenerife. Mi familia me cuenta que ya lleva tres semanas sin salir de casa", explica trasladando el análisis a la realidad de Polonia. "Aquí también empezó la prohibición de que la gente esté en la calle, pero las normas no son tan estrictas como en España. Tampoco hay fútbol, porque la Liga también se paró, pero no se ven policías por la calle. La gente está demostrando que es consciente desde que debe permanecer en sus hogares. Si eso no se cumple, hay multas. Solo se puede salir para ir al supermercado a comprar comida, a las farmacias...", explica el goleador lagunero.

"Espero que esta situación pase pronto, sobre todo en España, porque los contagios empezaron antes ahí que en Polonia", apunta Erik, que se las arregla como puede para no perder la forma. "Tengo la suerte de vivir en una urbanización que está dotada de jardines y ahí aprovecho para entrenar, mientras espero a que se reanude la Liga para ver si podemos acabar la competición", añade Erik.

Aparte de cumplir con esa rutina, el delantero ocupa el tiempo durante la cuarentena "de la mejor manera posible, hablando a diario con la familia, haciendo videollamadas, organizando juegos en casa...", cuenta el deportista. "Lo que nos está pasando es algo que no te llegas a creer", confiesa. "Cuando llegué a Polonia, el verano pasado, no pensé que iba a echar tanto de menos a la familia, y ahora no puedo volver a la Isla, porque tendría problemas para entrar", aclara.

Antes de la pandemia, el día a día de Erik en Breslavia era mucho más ameno que ahora. "Me levantaba para ir a entrenar con el equipo, me daba un salto al centro de la ciudad con un compañero que también es español, Israel Puerto, volvía a casa, iba al gimnasio... Al principio me costó un poco adaptarme a todo. Por ejemplo, en invierno hace mucho frío y llegábamos a entrenar a 2 grados bajo cero. En cuanto a la cultura, es muy diferente a la nuestra. También lo es el fútbol. Se trata de una Liga muy competida y muy dura, con mucho contacto físico... Pero poco a poco me he ido adaptando y estoy contento por cómo me van las cosas", destaca Expósito no sin antes enviar un mensaje a sus paisanos. "Hay que tener paciencia, esta situación va a pasar".