¿Qué le ha llevado a renovar?

Lo que he ido viendo en el mes de estancia allí. Han sido unas semanas frenéticas, pero han dado mucha posibilidad de analizar cuál es la situación de un club que siempre ha sido de los que están arriba en las últimas temporadas. Es la única entidad, a no ser el actual campeón -Logroño-, que en los últimos años ha podido conseguir títulos nacionales. Eso habla muy bien de la trayectoria del equipo. Es un reto importante e ilusionante.

Como en Perú, ¿se ve muchos años en la Isla?

No sé cuántos estaré. A Perú fui con un contrato de un año y estuve seis. Ahora mismo, estoy con un contrato de un año y quién sabe si pueden ser seis, más, menos...

En cuanto al cuerpo técnico, ¿Flavia Dias e Israel Martín continuarán trabajando a su lado?

Israel Martín sí continuará. Estará vinculado al proyecto de Superliga, al igual que al proyecto de cantera. De Flavia no hemos hablado todavía. No hay ninguna expectativa de futuro aún.

¿Prevé muchas modificaciones en la plantilla o le vale esta base para construir el proyecto?

Ahora mismo estamos en una incertidumbre muy grande. No sabemos exactamente con qué presupuesto se podrá contar de cara a conformar la plantilla del año que viene. Todo es muy incierto por la situación que vive el país, pero está claro que el contar con muchas jugadoras que ya hayan podido estar trabajando de manera conjunta conmigo y con el cuerpo técnico es un aliciente que está ahí, y que nos gustaría tener en cuenta. La idea es hacer una buena base de jugadoras nacionales, y a partir de ahí poder fichar algunas extranjeras.

Con el turismo como motor económico de Canarias y la crisis tan honda que ya se aprecia a nivel insular, ¿ha hablado con el presidente, David Martín, de posibilidades en cuanto a recursos en pos de hacer un gran equipo? ¿O el perfil va a ser más bajo?

Queremos estar ahora mismo con pies de plomo. Estamos tanteando a las jugadoras que quisieran unirse al proyecto del Haris. No sabemos exactamente qué es lo que puede ocurrir a nivel de presupuesto. También entendemos que esto le va a ocurrir a todos los equipos. Existe un paro nacional.

Siempre habla del día a día a fin de lograr objetivos, mas no ha eludido referirse a los títulos. ¿Seguirá con el mismo discurso?

Sí, por supuesto. Nosotros entrenamos para ganar. Queremos optar a lo máximo posible. Lo único que te puede llevar a eso es el día a día. Si entrenas mal, no tienes posibilidades de ganar. Si lo haces bien, las posibilidades de vencer aumentan.

A nivel de club, ¿qué hay que mejorar en el Haris?

Tiene una estructura bastante sólida, a pesar de su corta existencia. No solamente se tiene en cuenta al primer equipo. Es la parte alta de la pirámide, pero existe una base importante. Hay una cantera importante, que si sigue trabajando en esa línea, irá dando sus frutos. Que puedan salir jugadoras para el primer equipo requiere de mucho tiempo. Las bases están bien asentadas y la idea es seguir creciendo en el día a día, mejorar la capacidad de los entrenadores, de las jugadoras y que sus estructuras se vayan profesionalizando cada vez más.

¿Qué balance hace de sus cuatro partidos al frente del equipo?

El balance de resultados no ha sido el esperado, pero estábamos encontrando una línea de juego interesante. Veníamos potenciando algunos factores de nuestro juego. Era la medida real de cómo podíamos afrontar el Playoff, pero nos quedamos con las ganas de poder saber dónde estábamos.

¿A qué factores se refiere?

Hablo de una consolidación mayor de la idea de juego; de la fase de contraataque, iniciando desde el propio bloqueo; y de tener algunas pautas más claras en cuanto a la distribución de juego.

¿Cómo cataloga una eliminación copera tan temprana?

Queríamos estar al menos en semifinales, o incluso en la final. Optábamos a eso. El equipo mostró dos caras: la de la derrota por acciones demasiado puntuales, como puede ser el saque, con 20 errores por solo cinco puntos directos; y luego, fases donde tuvimos muy buen juego, como en el tercer set, una parte del cuarto e incluso la remontada al final del quinto. Quedamos apeados por un marcador bastante ajustado, donde independientemente de que jugásemos mejor o peor tuvimos opciones.